La avena es conocida por sus propiedades nutritivas y beneficiosas para la salud e incluso es un ingrediente versátil en el cuidado de la piel. Así, gracias a sus propiedades calmantes, hidratantes y exfoliantes, se ha convertido en un componente popular en diversas mascarillas faciales.
Por lo que si quieres usar algunos de los siguientes tipos para aprovechar lo mejor de la avena, te dejamos cuatro increíbles trucos para qué la avena y tú sean uno mismo, así tu piel estará más brillante, exfoliada y lista para presumir con tus amigos.
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Avena y Miel
La combinación de avena y miel es ideal para quienes buscan una hidratación profunda y una piel radiante, esta actúa como un humectante natural que ayuda a retener la humedad en la piel, mientras que la miel, con sus propiedades antibacterianas y antioxidantes, ayuda a calmar la piel y promover la cicatrización. Para preparar esta mascarilla, mezcla una cucharada de avena molida con una cucharada de miel pura. Aplica la mezcla sobre el rostro limpio y déjala actuar durante 15-20 minutos antes de enjuagar con agua tibia. Esta mascarilla es perfecta para pieles secas o sensibles, ya que proporciona una hidratación intensa sin irritar.
Avena y Yogur
El yogur es conocido por sus propiedades exfoliantes suaves gracias a su contenido de ácido láctico, que ayuda a eliminar las células muertas de la piel sin causar irritación. Al combinarlo con avena, obtienes una mascarilla que no solo exfolia, sino que también calma y nutre la piel. Para preparar esta mascarilla, mezcla dos cucharadas de avena molida con una cucharada de yogur natural. Aplica la mezcla sobre el rostro en movimientos circulares suaves para exfoliar y deja actuar durante 10-15 minutos. Enjuaga con agua tibia y sigue con tu rutina de cuidado de la piel. Esta mascarilla es ideal para pieles mixtas y grasas, ya que ayuda a mantener la piel suave y fresca sin resecarla.
Avena y Plátano
El plátano es rico en vitaminas y minerales que nutren la piel, mientras que la avena proporciona una base calmante y exfoliante. Juntos, forman una mascarilla que deja la piel suave y radiante. Para hacer esta mascarilla, aplasta medio plátano maduro y mézclalo con dos cucharadas de avena molida. Aplica la mezcla sobre el rostro y déjala actuar durante 15-20 minutos antes de enjuagar con agua tibia. Esta combinación es excelente para pieles secas y deshidratadas, ya que el plátano proporciona una hidratación adicional y ayuda a mejorar la elasticidad de la piel.
Avena y Té Verde
El té verde es conocido por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, que ayudan a proteger la piel contra el daño ambiental y a reducir la inflamación. Cuando se mezcla con avena, crea una mascarilla que no solo calma la piel irritada, sino que también mejora su aspecto general. Para preparar esta mascarilla, mezcla una cucharada de avena molida con una cucharada de té verde preparado y enfriado. Aplica la mezcla sobre el rostro y deja actuar durante 10-15 minutos. Enjuaga con agua tibia y seca suavemente. Esta mascarilla es ideal para pieles propensas al enrojecimiento o irritación, ya que ayuda a reducir la inflamación y proteger la piel contra el estrés ambiental.