domingo, junio 8, 2025

Anticiparse a la competencia | Negocios

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El ciclo de rebajas de tipos de interés iniciado por la Reserva Federal de EE UU y el Banco Central Europeo (BCE) desde el primer semestre de 2024 ha reavivado el debate sobre si las condiciones de financiación en la economía volverán a niveles tan bajos como los observados en la segunda mitad de la década de 2010.

Las previsiones del consenso de mercado apuntan a que el margen de rebajas adicionales es ya reducido, y en cualquier caso están ya recogidas en los tipos de interés de más largo plazo. La persistencia de diferentes tensiones geopolíticas y el impacto económico de medidas proteccionistas constituyen, en nuestra opinión, factores que restringen significativamente la posibilidad de nuevas reducciones en el precio del dinero a medio y largo plazo. En este contexto, podríamos estar cerca de un suelo en los costes de financiación empresarial.

Existen otros factores que podrían ejercer presión al alza sobre los tipos de interés, incluso sin cambios en la política monetaria del BCE. Uno de los más relevantes es el aumento de las necesidades de financiación de los gobiernos europeos. A partir de 2026, muchos países del área euro deberán afrontar un endeudamiento creciente para cubrir compromisos de gasto más exigentes, derivados entre otros factores tanto del envejecimiento poblacional como del incremento en el sector de la Defensa y la seguridad. En consecuencia, la competencia por los recursos financieros en todo el mundo se intensificará, lo que podría elevar los tipos de interés y aumentar la proporción del resultado de explotación que las empresas destinan a gastos financieros.

Anticiparse a esta situación no es sencillo, puesto que requiere una adecuada planificación no solo de las refinanciaciones de las deudas que venzan en el período, sino la identificación de las nuevas necesidades que el desarrollo del negocio pueda generar. A pesar de este reto, son muchas las empresas que realizan un ejercicio de precobertura mediante el empleo de instrumentos derivados, fundamentalmente swaps de tipos de interés. El empleo de instrumentos financieros derivados, en cualquier caso, siempre trae aparejada la necesidad crucial de una proyección rigurosa por parte de la empresa. En este sentido, el éxito de esta estrategia depende en gran medida de un dimensionamiento adecuado de las proyecciones de endeudamiento futuro, que soporten la activación de este tipo de estrategias de mitigación.

En un contexto de tipos de interés todavía bajos, pero con presiones alcistas en el horizonte, anticiparse puede convertirse en una ventaja estratégica. Las empresas que activan precoberturas bien fundamentadas no solo mitigan riesgos financieros, sino que proyectan solidez ante financiadores e inversores. Gestionar el riesgo con visión de futuro es una forma eficaz de reforzar la competitividad en un entorno cada vez más exigente.



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