Cuando los agentes abrieron el capó del coche de los dos ladrones que acababan de detener encontraron el botín dentro de un calcetín de camuflaje urbano: más de una decena de relojes de lujo (entre ellos, varios Rolex), un puñado de medallas religiosas, monedas antiguas, mecheros de oro, joyas diversas y un llavero con la fotografía de Camarón de la Isla. La Policía Nacional andaba detrás de ellos hacía semanas en Madrid, después de que los agentes de la sección de delincuencia itinerante de la UDEV Central registrara 14 robos con fuerza en viviendas durante los meses de junio y julio. Tras las primeras tareas de investigación advirtieron que se trataba de un grupo delictivo de gran profesionalización, conformado por varias personas de origen georgiano. Trabajaban en binomios, con herramientas especializadas como ganzúas, llaves maestras y elementos de marcaje. Delinquían durante dos o tres meses en España y luego abandonaban el país para dificultar su localización y detención. Pero una de estas parejas no consiguió darse a la fuga y fue pillada infraganti durante uno de sus robos. Los dos arrestados han ingresado en prisión como presuntos responsables de una treintena delitos de robo con fuerza en casa habitada y han pasado a disposición judicial.
El inspector jefe Álvaro Álvarez, jefe de la sección y al mando del operativo coordinado por la Comisaría General de la Policía Judicial, ha explicado este viernes los detalles de la operación. Sucedió de madrugada, después de que los agentes localizaran a dos sospechosos y uno de los coches con los que se desplazaban durante su estancia en España. Los policías observaron cómo uno de los ladrones retiró una bolsa oscura localizada dentro del capó y, con ella, accedió luego a varios portales en escasos minutos.
Los agentes intervinieron, registraron el coche y en una de las oquedades bajo el capó encontraron una bolsa que contenía numerosos útiles para la comisión de los delitos y el calcetín con el botín. “En dos meses hemos esclarecido 30 robos en el interior de domicilios y hemos pillado infraganti a estas dos personas, lo cual no es fácil. Les detuvimos con el consumado y las herramientas que utilizaban”, ha dicho Álvarez.
El radio de acción de los detenidos era toda la ciudad de Madrid, ha añadido el inspector jefe, sin mostrar preferencia por barrios: “Trabajan de una manera aleatoria. Son oportunistas. Hacen un barrido por cualquier zona, no hay una distinción ni social ni urbana. Buscan ciudades que en verano se vacían”.
El proceder de estas parejas delictivas siempre era el mismo. Realizaban batidas por las zonas de interés en vehículos que alquilaban durante semanas o quincenas, normalmente buscan edificios con poca afluencia, con facilidad para aparcar y sin cámaras de seguridad. Después de seleccionar las viviendas, marcaban las puertas de madrugada con el objetivo de acceder varios días después.
Álvarez ha afirmado que a día de hoy no hay indicios de que exista una red de robos más extensa, aunque ha insistido en que esta metodología de robos es amplia, en la que utilizan herramientas que replican en unos segundos una llave exacta a la de la vivienda en cuestión. Una vez dentro, normalmente buscan joyas de oro y artículos de lujo, intentan desvalijar varios pisos de un mismo bloque. La fuga del país, tras varios meses de robos, solía ser por cualquier vía: coche, tren, avión…
El inspector jefe recomienda a la ciudadanía ser precavida. “Echar la llave, cerrar puertas y ventanas y comprobar la existencia de testigos entre el marco y la puerta. Es habitual un trozo de papel, el hilo de pegamento que permite a los ladrones ver si alguien no ha accedido a la vivienda en dos o tres días”, explica el inspector jefe. Entre otras medidas, la Policía Nacional aconseja no dar indicios de ausencia. “Un buzón lleno de publicidad y correspondencia y unas persianas bajadas por completo es sinónimo de vivienda vacía”.