jueves, julio 3, 2025

A golpes con la fregona: así echó una mujer al atracador de un bar | España

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Pantalones cortos, gorra y camiseta negra subida hasta la nariz para ocultar su rostro. Con esta ropa y un cuchillo en la mano, un atracador entró a principios de junio a un bar de Roquetas de Mar (Almería, 109.204 habitantes) con intención de llevarse el dinero de la caja registradora. Lo que no esperaba es la respuesta de la única trabajadora que quedaba en el local: lejos de asustarse, agarró una fregona para defenderse, atacar y, después, salir corriendo tras el delincuente. En el forcejeo, ella pudo ver la cara del hombre. Y ante la Guardia Civil recordó que horas antes él mismo había estado tomando algo en el establecimiento. E incluso había rellenado con sus datos personales una papeleta para un concurso de la ruta de la tapa. Los agentes, que ya seguían sus pasos desde hacía varias semanas, lo arrestaron días más tarde cuando se ocultaba en casa de su novia, que también fue detenida. Ambos están acusados de 16 delitos entre robos con fuerza, estafas y hurtos.

Las primeras actuaciones del detenido se remontan al 28 de abril, día del apagón que afectó a la península ibérica. Aquella noche, cuando la luz aún no había vuelto a la ciudad de Roquetas de Mar, se produjeron varios robos. Tres habían ocurrido en la misma zona, muy cerca entre sí. Y compartían el modus operandi: una persona había forzado la puerta de un local de hostelería —bares y chiringuitos— y, una vez dentro, rompía las máquinas de tabaco, tragaperras y la registradora para llevarse la recaudación. Dos semanas después, a mediados de mayo, ocurrió lo mismo en una papelería de la localidad donde también venden libros —de ahí el nombre de la operación: Bestseller— y cupones y rascas de la ONCE.

Las cámaras de seguridad y la descripción de la víctima empezaban ya a apuntar claramente a una persona. Se trataba de un hombre de 33 años que perdió el trabajo y que camina con una cojera característica, según fuentes cercanas a la investigación. Además, vivía en la zona conocida como La Urba, al oeste de la localidad almeriense, justo donde cometía todos los delitos. “Apenas se movía y, de hecho, también había robado en coches de su propia comunidad”, explican las mismas fuentes.

Todo hacía pensar que el sospechoso era el autor de los robos que estaban sucediendo en esta área, pero todo terminó de aclararse a primeros de junio. Aquel día merodeó por un bar cercano a su vivienda. Entró, pidió algo, fue al baño, estuvo mirando las máquinas del establecimiento y más tarde se fue. A última hora, con ropa diferente, llegó con la cara tapada y un cuchillo en la mano con el que pretendía amedrentar a la trabajadora que limpiaba el suelo antes de cerrar. Esta no se asustó y le respondió a golpes con la fregona. Ella resultó herida levemente en el brazo, finalmente el atracador acabó huyendo y la mujer salió corriendo tras él.

Después de denunciarlo, la empleada explicó que le había visto la cara durante el forcejeo. Y luego se acordó que horas antes el hombre había rellenado con sus datos personales un documento para un concurso de la ruta de la tapa. Con el nombre completo y la dirección, los investigadores ya terminaron de confirmar sus sospechas. Vigilaron la vivienda durante varios días hasta que dieron con él en casa de su pareja, una mujer de 40 años.

El pasado 18 de junio, él fue detenido como presunto autor de 16 delitos: uno de robo con violencia, cinco de robo con fuerza en establecimiento, dos de robo con fuerza en vehículo, siete de estafa y uno de hurto en interior de vehículo, donde se hizo con una tarjeta de crédito con la que pagó en diferentes negocios. Ella también fue arrestada por participar en al menos tres de los delitos: había cobrado los premios de los rascas de la ONCE sustraídos. Tras pasar a disposición judicial del juzgado de Primera instancia e instrucción número 1 de Roquetas de Mar, el hombre fue enviado a prisión y la mujer quedó en libertad.



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