Con la ayuda del radar LARID más potente del mundo, científicos chinos han detectado burbujas de plasma sobre las pirámides egipcias y las islas Midway.
Con semejante titular uno esperaría que la Gran Pirámide de Giza fuera la responsable de esta anomalía, como si de su cúspide irradiara una extraña energía o fuera capaz de cambiar el estado de la materia para crear esas burbujas.
No en vano, el plasma es un estado de la materia similar al gaseoso, pero en el que una determinada proporción de sus partículas están eléctricamente cargadas (lo que se conoce técnicamente como ionizadas) y no poseen equilibrio electromagnético.
Las partículas de plasma son buenas conductoras de la electricidad y responden a las interacciones electromagnéticas de largo alcance.
Los rayos cósmicos entran en la atmósfera añadiendo continuamente carga eléctrica. La incidencia de viento solar a la Tierra fluctúa bastante, debido por una parte a que la corriente solar fluctúa y también por la variación del campo magnético de la Tierra. En ocasiones, el escudo protector que éste genera se mueve, dejando entrar más rayos cósmicos. En otras palabras, no es cosa de la pirámide sino de la meteorología asociada al sol.
Eso, y no otra cosa, es lo que buscaban los científicos del Instituto de Geología y Geofísica, filial de la Academia de Ciencias de China en Pekín.
El 27 de agosto publicaron en Geophysical Research Letters los resultados de una prueba de detección de burbujas de plasma por radar que no fueron causadas por la pirámide de Keops sino por una tormenta solar. Aparecieron claramente en las pantallas de radar de China entre el 4 y el 6 de noviembre del año 2023; los ecos de radar más lejanos fueron detectados en el norte de África y en el Pacífico central. Ni pirámides, ni islas Midway que, por cierto, fueron descubiertas por un capitán español en 1799 tenían nada que ver.
En definitiva, la noticia no son las burbujas de plasma sobre las pirámides sino el análisis de las señales y el proceso de formación de las burbujas de plasma. Los científicos chinos también rastrearon su movimiento en tiempo real porque estas pueden causar estragos en los dispositivos de posicionamiento GPS y también interrumpir las comunicaciones por satélite. Además, pueden alcanzar tamaños de cientos de kilómetros de diámetro.
Con la noticia, China quería resaltar la importancia de su inversión en el radar ionosférico de largo alcance y baja latitud (que es lo que significa LARID) al convertirse en el primer país del mundo capaz de detectar estas burbujas de plasma. Que cosas.