Hace 150 años México protagonizó una aventura de locura, pasión científica y orgullo. Son años convulsos, el país sale de invasiones y guerras, las arcas están disminuidas y las epidemias de cólera azotan el territorio, es 1874 y el gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada decide financiar el viaje a Japón de cinco científicos, encabezados por Francisco Díaz Covarrubias (1833-1889), para calcular la distancia entre el Sol y la Tierra.
Se conoce como el tránsito de Venus, un suceso astronómico que sucede un siglo sí y otro no y que la comitiva mexicana conocía bien. Pero no era tan sencillo, para ganar la primera carrera hacía el espacio, esos científicos debieron vivir una odisea digna de una novela de aventuras: un accidentado trayecto a Veracruz, donde los espera la fiebre amarilla; una confusión diplomática en Cuba y el apresamiento en un manicomio en Filadelfia, fueron apenas la antesala de su viaje.
Como un homenaje a Julio Verne y al grupo de astrónomos que salió victorioso de su periplo, el guionista, novelista y director de escena, Carlos Pascual (Ciudad de México, 1964), entrega “El tránsito de Venus” (Grijalbo, 2024), una trepidante historia novelada que recupera del olvido ese episodio de aventuras: “Absolutamente todos los eventos que se narran les ocurrieron, cómo no iba a ser esto una gran novela, todo es real y además es un gran logro científico, un gran paso con el que insertaron a México en el quehacer científico a nivel mundial”.
Pascual recuerda que “La vuelta al mundo en 80 días” se publicó en 1872, apenas unos años antes que la expedición de los mexicanos, “pero ves el mapa que sigue en globo Phileas Fogg (protagonista de la novela de Verne) alrededor del mundo y la ruta es muy, pero muy similar a la que siguieron ellos”.
No se trataba de aventureros ni de improvisados, Díaz Covarrubias fue director del Observatorio Astronómico Nacional de Chapultepec y sus restos terminaron en la Rotonda de las Personas Ilustres.
“Cuando llegó a Yokohama y se encontró con los directores de otras comisiones internacionales se reunieron para ver cómo proceder y todos decidieron adoptar el método de Díaz Covarrubias, le llamaron ‘The Mexican Method’, El método mexicano, y lo reconocieron como el gran sabio de la astronomía que era. Ya cuando dan sus datos a conocer en París son reconocidos a nivel mundial y premiados. Regresaron a México con muchas medallas y todo”, dice el autor.
Como Kepler, Galileo y Newton, la Comisión Mexicana de Astronomía sabía que sólo midiendo la distancia entre la Tierra y Venus, y entre Venus y Sol, cuando el planeta pasa frente al disco solar, podían conocer la distancia verdadera de la Tierra al Sol. Pero si la misión aportó tanto y resultó exitosa, ¿a qué se debe su olvido?
“Naturalmente la ciencia, la tecnología, no son los temas predilectos del público, pero también pasa una cosa: para empezar pasan 150 años, pero también pasa la política, estos sucesos se dan durante el periodo del porfiriato y eso había que borrarlo a la llegada de la Revolución Mexicana”.
“En México tenemos esa terrible cultura de borrar el pasado porque no nos gusta, porque lo hizo el otro, el del otro partido, la Revolución llegó a barrer por completo con todos los grandes logros políticos, legales, económicos y naturalmente culturales y científicos del pasado”, opina.
A DETALLE
- «El tránsito de Venus» forma parte de una trilogía científica escrita por Pascual
- El primer libro fue dedicado a Matilde Montoya, la primera médico mexicana
- El tercero estará dedicado a la arqueología mexicana y se titula «Los dioses insepultos»
MAAZ