domingo, junio 15, 2025

Colegio de Arquitectos: Marta Vall-llossera: “La forma en la que se rehabilita pone en peligro la identidad de los barrios” | Negocios

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Marta Vall-llossera Ferran (Lleida, 1962) es la primera mujer que está al frente del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España, fundado en 1931. Desde su nombramiento, en febrero de 2022, transita por un camino lleno de espinas, como lo es la galopante crisis de acceso a la vivienda en España o la urgencia por gestionar los fondos europeos Next Generation para rehabilitar el dañado parque edificatorio.

Estos días trabaja en un espacio en el centro de Madrid a la espera de poder inaugurar la sede de Paseo de la Castellana, número 12, que desde hace un año está siendo objeto de una reforma integral de manos de MID Estudio.

Pregunta. ¿Cree que el Gobierno y las comunidades autónomas están tomando medidas efectivas para aliviar la crisis?

Respuesta. Se están tomando medidas en un problema especialmente complejo. Pero sería necesario un consenso y, sobre todo, políticas estables que tengan recorrido en el medio y largo plazo, porque los tiempos que comporta poner vivienda en el mercado son muy largos y, por tanto, deberíamos empezar a implementarlas ahora.

P. ¿Se refiere a un Pacto de Estado por la vivienda?

R. Sí y, además, hay que implementar medidas en el corto plazo porque el problema está ya y tiene un alcance muy grande.

P. ¿Qué propone?

R. Lo más inmediato sería poner vivienda en el mercado. En ese sentido, la forma más inmediata es la rehabilitación y regeneración de barrios.

Las medidas en el medio plazo son contar con suelo público y poder establecer soluciones enfocadas en la colaboración público-privada para la creación de nuevas viviendas. Y nosotros ahí insistimos mucho en la necesidad de que pueda hacerse mediante concursos que permitan también estudiar nuevos formatos de vivienda porque hay que dar soluciones a la gente joven y a las familias, pero también a las personas mayores. Entendemos que los concursos de arquitectura pueden ser un poco foros de investigación.

Por otra parte, las medidas a largo plazo deberían pasar por la aprobación de la ley del suelo que tenemos pendiente. Es importante porque necesitamos poder contar con suelo finalista.

P. ¿Aprueba la apuesta del Gobierno por la industrialización?

R. Sí. Es verdad que requiere de cierto tiempo, pero cuando se vaya consolidando son técnicas que van a permitir mayor velocidad en la construcción, mayores controles, reducción de residuos y una apuesta por la sostenibilidad y nuevas oportunidades profesionales. La apuesta por el sector en su conjunto es clave para poder dar soluciones a la problemática de la vivienda.

P. ¿Cree que los promotores podrían reducir sus beneficios para que el precio de la vivienda baje?

R. El precio de la vivienda viene dado por muchos aspectos. Primero, el precio del suelo puede llegar a representar entre el 15% y el 30% del coste de la vivienda. En estos momentos hay falta de suelo. Después, hay temas como la fiscalidad, que puede llegar a representar sobre el 30% del precio. Quizá establecer incentivos a la compra de primera vivienda o vivienda habitual podría ser de ayuda. Y también incentivos a la promoción de vivienda asequible para el promotor. No hay soluciones mágicas.

P. ¿De qué manera puede ayudar la arquitectura en esta grave crisis?

R. Los arquitectos podemos aportar una visión global. Por un lado, la aportación técnica para conseguir que las viviendas respondan a los objetivos que nos está marcando Europa en cuanto a calidad, sostenibilidad y descarbonización, pero sin olvidarnos de la parte más humanística de la arquitectura que responde al lugar, a un clima determinado, a una cultura determinada y a una identidad. Tenemos que evitar ir a soluciones globalizadas y estandarizadas.

P. Sin embargo, ¿no le parece que todas las promociones de viviendas son iguales?

R. Bueno, por eso tenemos que evitar ir en esa dirección. Cuando hablamos de industrialización, realmente no es una novedad. Después de la reconstrucción de la Segunda Guerra Mundial ya se utilizó para realizar barrios enteros de vivienda que adolecían de esta parte más arquitectónica y, por tanto, creo que no debemos caer en los mismos errores. La industrialización, la digitalización y la robótica permiten, bien aplicadas, mantener esos rasgos de diferenciación que debemos sí o sí mantener.

P. ¿En qué estado está el parque de casas en España?

R. En España tenemos un parque que ronda los 25,7 millones de viviendas. Y de ese parque más de la mitad necesita mejoras energéticas porque un porcentaje muy alto fue construido antes de 1979, que es cuando empezaron las primeras normativas en eficiencia energética. Además, en España ha habido muy poca cultura del mantenimiento y muchos de esos edificios tienen patologías estructurales, de humedades y dificultades para la accesibilidad de las personas. Incluso, a veces no son adecuadas para los modos de vida actuales.

P. ¿Cuál es la forma correcta de rehabilitar ese parque?

R. Hay que hacer una apuesta por rehabilitar esos edificios de forma integral, intentando mejorar los sistemas pasivos, que sería todo aquello relacionado con envolventes, cerramientos, cubiertas y accesibilidad. Es un tema prioritario. Deberá ir acompañado de instalaciones de energías renovables. Y que la dependencia de esas energías sea la menor posible para evitar la pobreza energética y conseguir de forma natural el máximo confort.

El realizar incluso mejoras a nivel de distribución interna de las viviendas puede permitir ventilaciones cruzadas y sistemas naturales para mejorar la eficiencia energética. Por tanto, no podemos generalizar soluciones, la rehabilitación debe partir de un estudio en profundidad, caso por caso, y teniendo muy claros los objetivos, de manera que optimicemos incluso los recursos económicos.

P. Pero en rehabilitación también se están estandarizando soluciones. Todos los edificios están poniendo el Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior (Sate).

R. Se está haciendo regular porque no podemos colocar Sate de forma indiscriminada. No se debe rehabilitar así. Cada edificio necesitará una solución. Nosotros hemos alertado en varias ocasiones del peligro de la pérdida de identidad de barrio. Debemos seguir reconociendo que ese es el barrio. Por tanto, tenemos que intentar evitar este tipo de intervenciones sin el rigor necesario. Creemos que hay que vigilar mucho todo esto y posiblemente debería haber regulaciones, ordenanzas, que regularan qué tipo de intervenciones se pueden hacer en determinadas zonas.

P. ¿Los fondos europeos están llegando y son suficientes?

R. Los fondos europeos han impulsado y hemos notado un incremento importante en rehabilitación. De los datos que teníamos en 2019 a los datos del año pasado ha habido un incremento del 117%. En 2024 se rehabilitaron más de 55.000 viviendas.

De todas formas, estamos muy lejos de los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima. Deberíamos, en el año 2025, rehabilitar 96.000 viviendas y en 2030 deberían estar rehabilitándose 300.000 viviendas al año.

El objetivo es muy ambicioso. Necesitamos seguir apostando por la rehabilitación, que haya medidas estables que la incentiven. Por ejemplo, estos años ha habido incentivos fiscales que desgraciadamente se han eliminado ahora, pero que han ayudado mucho porque es algo inmediato y ha funcionado bien.

P. ¿Ahora se construye mucho mejor que antes?

R. Tenemos unas normativas como el Código Técnico de la Edificación, que ha aumentado muchísimo el nivel de exigencia. Prácticamente los edificios que se construyen en este momento son de energía casi nula. Se aprobó el año pasado la directiva de eficiencia energética de los edificios. Tienen los países europeos un año para transponerla y precisamente el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana está trabajando en un nuevo documento de obligado cumplimiento y que va a recoger las exigencias de esta directiva europea y están preparando también el Plan Nacional de Renovación de Edificios, que va a ser el documento estratégico para llevar a cabo todas estas medidas. Se van a tener en cuenta muchos aspectos, entre ellos la huella de carbono de los edificios. Para los arquitectos va a significar proyectar de otra manera desde el inicio, porque vamos a tener en cuenta la huella de carbono de los materiales que vamos a utilizar, cómo se producen, cómo se transportas, qué huella dejan las técnicas constructivas…

Nos van a obligar también a tener en cuenta el mantenimiento del edificio durante toda su vida útil e incluso su demolición y qué materiales podremos reutilizar. Es ambicioso y afectará a toda la cadena de valor.

P. Esto va a encarecer bastante el precio final de las viviendas…

R. Entiendo que sí. Pero es verdad también que cuanto mejor es la eficiencia del edificio, menos coste durante su uso. Edificios existentes donde se han aplicado medidas correctoras en cuanto a la eficiencia en el cerramiento han conseguido una reducción en consumos energéticos muy importante. Entonces, creo que tendremos que valorar un poquito el coste-beneficio y ese equilibrio durante toda la vida útil.

P. Ha hablado de consumo casi nulo. ¿Qué significa?

R. Que van a ser viviendas que van a reducir muchísimo el consumo energético y que incluso en algunos casos se podrán autoabastecer y con esto conseguiremos que la emisión de gases de efecto en invernadero se reduzca también muchísimo. Europa nos está marcando que para 2030 deben ser así todos los edificios de nueva construcción y para 2050 todo el parque edificado.

P. Todo un reto para un parque tan envejecido como el español…

R. Sí, pero es verdad que todas esas mejoras nos van a permitir menor dependencia energética, incluso de otros países. El hecho de que haya menores emisiones en el ambiente redunda en espacios y ambientes más saludables, en la salud de las personas, en que las ciudades estén menos contaminadas…

P. ¿Tanto afectan los edificios en los que vivimos a la salud?

R. Totalmente. Y hablamos de salud física y de salud emocional. Esto lo vimos con la covid al tener que pasar muchas más horas en nuestras viviendas. Es importante la salubridad, que sean espacios ventilados, que no acumulen humedad, la iluminación y todo esto es básico para que el ambiente que respiramos sea el adecuado. Pero que también los espacios de la vivienda respondan a nuestras necesidades es importante.

P. Pero uno vive donde puede y no donde quiere.

R. Efectivamente, pero también los espacios los pueden transformar, las distribuciones. A veces los mismos metros distribuidos de diferente manera dan otro aire al espacio. Es clarísimo que en el ámbito emocional estos espacios te generan positivismo. Y, sobre todo, el derecho a la vivienda es fundamental porque da estabilidad, tranquilidad, seguridad y todo esto afecta mucho a esa parte emocional.

P. Las barreras arquitectónicas también influyen

R. El tema de la accesibilidad es muy importante porque hemos detectado, y se ha visto ahora con la dana de Valencia, que hay mucha gente con dificultades de acceso, gente mayor, gente que no puede salir de sus viviendas. Mucha parte de este parque antiguo precisa de mejoras tanto en el ámbito de las viviendas como en las ciudades, en el espacio urbano. Se ha mejorado, pero hay que mejorar mucho más porque, además, se tiende a una mayor atención domiciliaria con lo cual hay que poder adaptar esas viviendas a estas personas. Va a ser otro reto importante.

P. El CSCAE se opone a la moción parlamentaria aprobada en el Senado para igualar el nivel de los Cuerpos de Arquitectos con el de los Arquitectos Técnicos. ¿Por qué?

R. Nosotros nos hemos posicionado absolutamente en contra porque se rige por unos principios constitucionales de mérito y de capacidad que vienen complementados por uno que es la especialización y realmente todo esto redunda en garantías para el ciudadano. La moción que fue aprobada por la comisión de función pública en el Senado realmente vulnera esos principios y rompe la coherencia entre el sistema de titulaciones y atribuciones para las profesiones reguladas.

P. ¿Cuáles son las reivindicaciones de los arquitectos?

R. Somos una profesión que tenemos mucho que aportar en este momento de cambios que son de tal envergadura que si no se hacen bien tenemos mucho que perder. El partir de un buen proyecto y apostar por una buena arquitectura nos favorece a todos y el que haya unos honorarios dignos significa un proyecto más elaborado.

Creemos que es necesario volver a ir reivindicar la competencia por calidad y no tanto por precio. Tenemos que competir por calidad y más cuando un edificio tiene vocación de permanencia



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