jueves, junio 12, 2025

Cooperativas SA: una red global de 1.200 millones de personas diseñada para capear las crisis | Negocios

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Un poderoso hilo invisible conecta a una gasolinera para taxis en el barrio obrero de San Fermín, en Madrid, con la fábrica de ascensores Orona en Hernani y el banco Navy Federal de Estados Unidos. Detrás todas estas instituciones hay un tipo de empresa con la misma naturaleza jurídica: una cooperativa. Este modelo societario pasa a menudo desapercibido —lejos de los focos que suscitan las salidas a Bolsa o los grandes sagas empresariales— pero, de forma tenaz, paciente y silenciosa, ya generan en todo el mundo ingresos por valor de más de 2,5 billones de euros, cerca de dos veces el PIB de España. De acuerdo con cálculos de la organización mundial de las cooperativas, unos 1.200 millones de personas pertenece en todo el planeta a alguna de las tres millones de cooperativas existentes.

El pensador Yuval Noah Harari reflexiona en su libro Sapiens: De animales a dioses sobre cómo la creación del concepto de personas jurídicas es uno de los grandes logros de la Humanidad. Dentro de estas ficciones colectivas —que incluyen desde las religiones al dinero— una de sus destilaciones más recientes y exitosas es la de las cooperativas, un modelo de organización societaria, de raigambre democrática, que se ha demostrado muy exitoso para lidiar con las crisis económicas y financieras más crudas.

Una cooperativa es una empresa privada, de propiedad colectiva, que pertenece y es gestionada democráticamente por sus socios, quienes pueden ser trabajadores, consumidores, agricultores, usuarios… La base del modelo —al igual que en las mutualidades— es que cada cooperativista tiene un solo voto. Esto las aleja de las sociedades anónimas, en las que el peso de cada accionista depende del porcentaje del capital que controla.

Hasta ahora, las cooperativas han funcionado de forma muy descoordinadas entre sí, con organizaciones nacionales o sectoriales. Pero el sector se ve fuerte y quiere demandar su protagonismo. El 22 de mayo se presentó en Madrid la iniciativa Coop 50, que reúne a los líderes de algunas de las mayores cooperativas y mutualidades del mundo, para alzar la voz y defender su modelo. Jeroen Douglas, director general de la Alianza Mundial de las Cooperativas y promotor de la iniciativa explica que quieren convertir a este grupo en “una voz alternativa al foro de Davos, una brújula moral frente a modelo neoliberal que allí se propone año tras año”.

Presentación del foro Coop 50, que reúne a los líderes de las mayores cooperativas y mutualidades del mundo, en una imagen cedida.

En la cooperativa Virgen de las Viñas de Tomelloso (Ciudad Real) la localidad alpina de Davos queda muy lejos. También las reuniones en Madrid de los líderes cooperativistas mundiales. Pero la importancia de esta figura jurídica está muy presente en la localidad manchega. La bodega y almazara fue fundada como cooperativa en 1961 por 15 socios. A día de hoy tiene más de 3.000 miembros, y es el mayor productor de vino de Europa, con casi cinco millones de hectolitros al año. Además, su fundación ha impulsado el mencionado museo de arte contemporáneo. La cooperativa no ha dejado de crecer, año tras año, incluso en los momentos de crisis económica, y ha supuesto un sostén económico para las familias de los socios.

La base más importante del movimiento cooperativo está muy vinculada en casi todo el mundo con el sector agrícola. En Brasil, Corea del Sur o la India, hay agrupaciones de cooperativas que aglutinan los intereses de cientos de millones de pequeños productores, que se reúnen para coordinar las compras de fertilizantes, las exportaciones o las acciones comerciales. La empresa Zen-noh, que reúne a todas las cooperativas agrícolas niponas, maneja un volumen total de negocio de casi 50 billones de yenes japoneses (unos 350.000 millones de euros).

El poder de las cooperativas de crédito

La resiliencia del modelo frente a crisis financieras también se ha visto en el sector financiero. Las cooperativas de crédito (el Grupo Caja Rural, el Grupo Cajamar, Laboral Kutxa, Caja de Ingenieros…) mostró en el periodo 2008-2012 una capacidad de resistencia muchísimo mayor que la de las cajas de ahorros, que mayoritariamente tuvieron que ser rescatadas con dinero público. Con una solvencia a prueba de bombas, estas entidades han seguido creciendo y expandiendo su modelo. En Francia, los bancos cooperativos (Crédit Agricole, Group BCPE y Crédit Mutuel) controlan el 60% del crédito minorista. Y la Navy Federal Credit Union (NFCU), centrada en el personal militar, es la cooperativa de crédito más grande de Estados Unidos y del mundo, con un balance de más de 130.000 millones de dólares.

¿Y por qué aguantaron mejor las cajas rurales que las cajas de ahorros? Básicamente, por su naturaleza jurídica. Las primeras, son propiedad de sus cooperativistas, lo que hace que tuvieran una menor querencia a asumir riesgos excesivos, como prestar a empresas de dudosa solvencia o acometer expansiones agresivas. En cambio, las segundas, estaban mayoritariamente controladas por políticos que, a menudo, las utilizaban con fines partidistas o populistas. Eso acabó siendo su ruina.

Una de las directivas que vino a Madrid en mayo al encuentro del Coop 50 fue Shirine Khoury-Haq, directora ejecutiva de Co-op, la mayor cooperativa minorista del Reino Unido, con más de 3.500 supermercados por todo el país y una facturación de más de 11.000 millones de libras (13.000 millones de euros). La experta recuerda que “el poder único del movimiento cooperativo radica en que somos una red global con tres millones de cooperativas en todo el mundo y 1.200 millones de miembros, trabajando para generar valor para nuestros socios”.

Los supermercados propiedad de cooperativas no son una rareza británica. En Suiza, donde cada año se reúnen los prebostes de las grandes empresas y fondos de inversión del mundo en el Foro Económico Mundial, cerca del 80% del mercado minorista está dominado por las marcas Migros, Coop y Denner, tres cooperativas.

En España, las cooperativas también tienen una importancia capital en el tejido industrial, especialmente en el País Vasco, donde el Corporación Mondragón —con los supermercados Eroski, las bicicletas Orbea o los seguros Lagun Aro— aporta alrededor del 10% del PIB de Euskadi. Una de sus escisiones, Orona (que han mantenido la base cooperativa) es uno de los grandes líderes de los ascensores en España.

DVD1269.  Instalaciones de la Sociedad Cooperativa Madrileña de Servicios de AutoTaxi. Álvaro García. 05/06/2025

Pero precisamente lo que mejor representa el cooperativismo no son estos grandes grupos empresariales, sino el puro apoyo grupal o gremial. Es el caso de la Sociedad Cooperativa Madrileña de Servicios de Autotaxi (SCAT), ubicada en el barrio obrero de San Fermín (al sur de la capital). La empresa ofrece a sus cooperativistas gasóleo y gas licuado por debajo de los precios de mercado. Los taxistas hacen largas colas en la calle San Mario para repostar. También servicios de asesoría laboral y legal, taller propio, taxímetros… Leandro Movilla, presidente de la empresa explica que “juntos nos hemos convertido en la mayor cooperativa de taxistas de Europa, con 12.000 socios”. Según explica, la base de su éxito ha sido pensar siempre en los cooperativistas y “tratar de darles todo lo que necesitan”.



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