Carlos Alcaraz hizo algo sorprendente antes de celebrar la final más larga de la historia de Roland Garros. Escondido tras unas gafas de sol y una gorra, el tenista español fingió durante unas horas ser un vendedor de cremas y repartió en el estadio de Île de France en París la fotoprotección de Laboratorios Isdin, marca que lo patrocina desde que tenía 15 años. “Al tenis no juego muy bien”, disimuló ante una de las asistentes.
La empresa catalana ha tenido un histórico buen ojo para dos cosas: los patrocinios y las cremas de protección solar. Propiedad al 50% de la farmacéutica Esteve y Puig Brands, alcanzó el año pasado unas ventas de 642 millones de euros y no ha dejado de crecer a doble dígito (un 13% en 2024) por una razón sencilla: el sol calienta cada vez más. Las enfermedades de la piel avanzan, como lo hace la concienciación sobre la importancia de cuidar de la salud, e Isdin lo ha aprovechado saliendo de España y convirtiendo el mercado internacional en la fuente de la que beben el 70% de sus ingresos.
“La marca cada vez es más conocida, respetada y querida. Llevamos 50 años trabajando con fotoprotectores, con los farmacéuticos y con los dermatólogos. Tenemos una posición muy fuerte y eso lo hemos llevado al mundo”, valora su consejero delegado, Juan Naya. Habla de que sus productos han dado la vuelta al segmento de la protección solar, convirtiéndola en una necesidad más allá de los días de playa para evitar el fotoenvejecimiento y el cáncer de piel. Nada de cremas de supermercado. “Los productos a seis o siete euros no los consideramos directamente competidores. La tecnología no es la misma, no apelan a los mismos atributos y valores que nosotros apelamos”.
El suyo es un posicionamiento, dice, “más medicalizado, que tiene detrás ciencia e innovación”, por eso apuestan por seguir teniendo un gran espacio en las farmacias. “Siguen siendo nuestro lugar, tenemos una excelente relación con el farmacéutico, reconocemos su labor en la mejora de la salud de la población. Esto lo aplicamos a todos los países donde estamos menos en EE UU. Ahí estamos en las clínicas dermatológicas, ya que las farmacias son muy distintas”.
Isdin es una empresa sin deuda estructural, con unos beneficios robustos (el año pasado ganaron 66 millones, y el resultado antes de impuestos superó los 100 millones), que invierte el equivalente al 5% de la facturación en I+D. Pero sus victorias comerciales no han sido fáciles. Todavía está viva la pelea entre la empresa y la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que en marzo del año pasado daba a conocer uno de sus estudios comparativos de protectores solares realizado con otras asociaciones europeas. El resultado, según la OCU, reveló que siete de las 15 marcas no cumplían lo anunciado en el etiquetado. En el caso de la catalana, denunciaban que su fotoprotector estrella, Fusion Water Magic SPF 50, aunque sí tenía el SPF indicado, no cumplía con la protección UVA anunciada.
Isdin acudió al juzgado y su demanda contra la OCU ha sido admitida a trámite. “Nuestros productos hacen lo que dicen y son de alta calidad. Al final, el mercado es tan grande que hay muchos intereses detrás, y nos preguntamos si esos intereses pueden condicionar ciertas acciones de asociaciones objetivas e independientes. El año pasado cuestionaron nuestro producto sin una razón objetiva. ¿Quieren hacer ruido o quieren la verdad?”, se pregunta el directivo.
Argumenta que su demanda está basada en estudios y pruebas reconocidas por la Agencia del Medicamento, y dice que antes de presentar la demanda dieron explicaciones técnicas a la organización de por qué creen que están equivocados sus análisis. “Se lo ha dicho la Agencia del Medicamento, se lo hemos dicho desde la compañía. Se lo han dicho de mil maneras. ¿Se preocupan por la verdad o tienen interés especial?”, protesta.
Más allá del caso particular, el directivo lamenta que se hayan multiplicado las infracciones sobre propiedad intelectual. “Hay canales como TikTok u otros que tienen poca regulación. Hay quien se aprovecha para generar copias, falsas noticias… tenemos un equipo de propiedad intelectual bien formado que se encarga de la defensa de la marca. Le puedo decir que es una actividad que llena el tiempo de muchas personas”. Sus acciones han permitido la retirada de productos copiados y sus denuncias han terminado hasta con penas de prisión para los infractores.
Precios y crecimiento
Los precios de los fotoprotectores solares, que representan la mitad de su negocio, se han elevado en los últimos años e Isdin no ha sido una excepción. “Los costes suben, la inflación sube, los salarios… hemos intentado acomodar el precio de nuestros productos, siempre queremos que sean accesibles”, explica Naya.
Por mercados, son fuertes en México, en Brasil, en la región andina, en Italia o en Alemania. Los aranceles no les afectan significativamente porque Estados Unidos no es un gran cliente. Su objetivo es seguir creciendo para alcanzar pronto los 1.000 millones en ventas. ¿Cuándo? “Todo depende de la economía, hoy es difícil poder prever lo que va a pasar. Nos gustaría estar ahí en tres o cuatro años, ojalá antes. Somos una compañía responsable y no queremos crecer a cualquier coste, sino aportando valor a los accionistas y al mercado, con la innovación”.