Salvo para determinados colectivos, jubilarse a los 65 años no es obligatorio en España. Superada esta edad, hay toda una cantera de directivos que continúan al pie del cañón. Su ejemplo demuestra que el liderazgo no caduca. Se mantienen en activo aferrados a su saber hacer, a moverse por el mundo y a su red de contactos, que les da un juego infinito. Entre estos séniores, crecen los que se han subido a la gigantesca ola de innovación y tecnología para dar esquinazo a su retirada y a un mercado que se carga el talento experto. Desde ella se han propuesto mantenerse y evolucionar sorteando las arrugas. Su contribución se suma a un impacto del 25% en el PIB (del colectivo de 55 a 75 años), según el V Barómetro del Consumidor Sénior, elaborado por Fundación Mapfre y Google.
De los 194.128 autónomos que continúan activos a los 64 años, el 20% son perfiles cualificados que lo hacen por iniciativa propia, según la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos de España (UPTA). Una cifra que no para de crecer con incrementos del 2% en 2024 y del 1,5% en lo que va de año. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), los 322.700 activos de 65 a 69 años aumentaron un 9,4% en 2024. Y son 56.400 las personas activas de 70 años y más. “Hay entornos, como la empresa familiar o el tecnológico, que están permitiendo desempeñar un papel profesional al cien por cien a directivos que se encuentran en plena forma por encima de los 70 años y por debajo de los 80 años”, destaca Guido Stein, profesor de IESE Business School. El docente apela a estos ejecutivos a “practicar la humildad” para entenderse “con la generación más joven y mejor preparada”. Han de saber “gestionar su ego” porque “sobre estos tiempos ya no lo saben todo”.
A sus 70 años, Juan Miguel Martínez Gabaldón, consejero delegado y director general de la empresa familiar Galletas Gullón, lo tiene claro: “La experiencia aporta una visión que no se aprende en un libro. Los jóvenes traen frescura, tecnología y nuevas formas de ver las cosas. El equilibrio entre ambos marca la diferencia”. Y añade: “Con los años te das cuenta de que liderar es acompañar más que mandar; hay que delegar y confiar más. He descubierto que la gente rinde mejor cuando se siente parte de algo”. Martínez Gabaldón lleva más de 40 años de dedicación a la compañía y se siente en plena forma. “Me sigue ilusionando y me motiva levantarme cada día y ver cómo crece la empresa y genera empleo en un pueblo como Aguilar de Campoo (6.823 habitantes) y en la comarca”.
Su fórmula personal para estar actualizado y seguir siendo competitivo reside en la disciplina y la curiosidad. “Me encanta preguntar y aprender”. Y asegura que no perder el contacto directo con la fábrica o con los procesos “me mantiene conectado con la realidad”. A los profesionales de edad, que les genera ansiedad e incertidumbre la tecnología o son víctimas de edadismo, les aconseja “que no tiren la toalla. La experiencia sigue siendo muy valiosa. La tecnología se aprende, la actitud no. Si mantienen las ganas, pueden aportar muchísimo. Lo importante es seguir sintiéndose útil y buscar espacios donde eso se valore”. Y pide al mundo empresarial “buscar fórmulas de colaboración intergeneracional y políticas que fomenten el empleo sénior”. En su opinión, “la experiencia no se sustituye, se comparte y se transmite. Esa es la clave”.
Inteligencia artificial
Aprender de las nuevas tecnologías es lo que ha hecho Miguel Ángel Lorente, ex director general para la división de América de Banco Santander. A sus 73 años, se mueve como pez en el agua entre algoritmos de inteligencia artificial (IA). “Desarrollar estrategias, durante más de 50 años, para adquirir bancos en mercados distintos y hacerlos crecer con diversidad de clientes te da un gran conocimiento de los mercados y tipos de empresa, así como para estimular equipos”, destaca. Cuando la aseguradora Asisa le propuso convertir una tecnológica recién adquirida, Transmural Biotech, en una fábrica de algoritmos para ayudar al médico a interpretar imágenes médicas en los hospitales, no se lo pensó dos veces. “Es apasionante comenzar un proyecto porque saca de ti una energía potentísima. Adaptar tus habilidades directivas y estratégicas a otro sector y con nuevas herramientas exige esfuerzo, voluntad y algo de suerte. Es todo un reto”.

Como consejero delegado de esta biotecnológica, que cuenta con 12 algoritmos de IA para el diagnóstico de patologías (cáncer de mama, próstata u osteoporosis), Lorente ha incorporado en su haber el conocimiento del dato. “Tienes que conocer tu producto y entender cómo se entrena al algoritmo con más de 10.000 tipos de imágenes positivas y negativas”. Además, su experiencia internacional le ha valido para “obtener el marcaje europeo y brasileño (anvisa) necesario para la comercialización de estos algoritmos”, así como para establecer alianzas comerciales en más de 60 países. El directivo ha adaptado su interlocución a los tecnólogos. “Entenderse con jóvenes ingenieros requiere un contacto casi diario e individualizado que marque objetivos claros, seguimiento y correcciones concretas”. Y de ellos resalta que “aprendes su estricto nivel de exigencia y organización, algo que aplican también para trabajar con los médicos”.
“Enfrascado con la IA”, así define su estado Luis Castillo, exdirectivo de banca, presidente y consejero delegado de SeniorsLeading. Una consultora especializada en acompañar proyectos liderados por personas a partir de 50 años. También desarrolla proyectos propios. Entre ellos, Castillo señala la plataforma Silver World, una app “que recoge en una sola aplicación lo que el mercado pone a disposición del colectivo tanto a escala personal como comercial”. Con nueve empleados, defiende que seguir en el mercado exige saber trabajar con la nueva tecnología. “No es el enemigo, ni va a someter al mundo. Pero sí desplazará al que no la domine”. Reconoce “la necesidad de adaptarse y ser flexible para trabajar con los jóvenes, que tienen otra visión de los proyectos”. Y apunta: “He aprendido a asumir que no siempre tienes razón y que la juventud busca trabajar, pero también calidad de vida”. A punto de cumplir los 65, también preside el Málaga Silver Economy Hub y piensa seguir en el tajo “mientras la salud me acompañe”.

Superséniores en la cima
Entre los setenteros a la cabeza de compañías del Ibex 35 figuran el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán; el de ACS, Florentino Pérez; el del Banco Sabadell, Josep Oliu, o el de Colonial, Juan José Brugera. También el consejero delegado de Endesa, José Bogas, o el de LVMH Iberia y de Perfumes Loewe, Juan Pedro Abeniacar. Entre los ochenteros, Tomás Fuertes, presidente del Grupo Fuertes (El Pozo), o Jesús Sainz, vicepresidente de Puy du Fou España. Un caso excepcional lo representa la presidenta de Seguros Ocaso, Isabel Castelo D’Ortega. A sus 95 años está al mando de una firma que logró un beneficio antes de impuestos de unos 128 millones en 2024.