Telúrico, así define Germán List Crespo a su abuelo, el poeta y hombre total, Germán List Arzubide (Puebla, 1898 – Ciudad de México, 1998), precursor del movimiento estridentista.
“La palabra telúrico me suena muy cercana a una descripción de lo que fue una personalidad como la de él. Era auténticamente un arroyo de energía; hasta los 99, 100 años, fue un personaje eternamente joven. Mireya Cueto, la titiritera, decía que era el Tezcatlipoca mexicano porque era el eternamente joven”.
La descripción en palabras parece quedarse corta ante la personalidad de quien nunca estuvo quieto y cultivó infinidad de facetas:
“Es una persona esencialmente vital, vitalista. Para él era imposible no estar involucrado en todo lo que estaba a su alrededor, pero, particularmente, tenemos que entender que él fue una persona cercana a dos dimensiones: una es la de la innovación, es un innovador antes que otra cosa, hasta el final de sus días se consideró un poeta de vanguardia; y la otra dimensión que es muy importante es que es un agente siempre cercano a las clases sociales”.
La apertura de la exposición “Germán List Arzubide (1898-1998): En las letras está la vida” en el Museo Nacional de Arte (Munal) es la oportunidad para hablar con List Crespo sobre su abuelo. “Se inició a los 12, 13 años en la Revolución Mexicana, se va a la bola, pelea con Gabriel Rojano, el constitucionalista, junto con las tropas de venustiano Carranza, y pelea contra los zapatistas, y desde esa trinchera se enamora del zapatismo y escribe el primer libro que se escribe sobre Zapata”.
A partir de ahí, prosigue, “estamos ante una persona que estuvo en todos los movimientos sindicales, en todos los movimientos de vanguardia artística, sobre todo anteriores a los años 20, después entra como autor de textos de educación y funda el Teatro Guiñol en México, genera toda una escuela de dramaturgia y, desde luego, estamos hablando también de un enorme activista, porque toda su vida fue un activista”.
A partir de unas 300 piezas, entre libros, documentos, fotografías, periódicos, marionetas y pintura, la exposición del Munal busca ofrecer un acercamiento global a la figura del estridentista. La curaduría, liderada por María Estela Duarte, revisó 39 colecciones diferentes y el archivo personal del poeta, conservado por su familia en más de 30 cajas. “Auténticamente estamos hablando de un universo de cajas, de las cuales hay muchas que no se han abierto siquiera, hay algunas que contendrán probablemente basura, pero hay, desde luego, dentro de todo eso, muchísimos documentos que todavía puedan encontrarse”, considera List Crespo.
Articulada en cuatro grandes núcleos: Nace un revolucionario, Estridentismo, Teatro guiñol y radiofonía y Un siglo de oposición, la exposición agrega obras de Diego Rivera, Aurora Reyes, Ezequiel Negrete Lira, Juan Leonardo Cordero, Francisco Arturo Marín, Luis Arenal, Isaías Cervantes, Enrique Gottdiener, Ramón Alva de la Canal, entre otros.
Que la figura del estridentista llegué a un museo como el Munal, no ha sido fácil, dice su nieto.
“Tiene que llegar 2024 para que empiece a jalarse la imagen de List Arzubide en una institución tan importante como ésta, porque realmente fue una persona que siempre se concibió opositor, se habla mucho de los intelectuales orgánicos, en este caso estábamos hablando de alguien orgánicamente opositor al monstruo que se genera de la Revolución”.
Ahí, en el movimiento revolucionario, era donde el poeta ubicó su raíz, “porque es una persona de la Revolución”. A ella, recordó, había llegado siendo niño: “su madre, Mercedes, era una mujer muy interesante, cuando pasa Madero por Puebla lleva a sus hijos de la mano a ver a Madero, hasta les estrechan la mano, y después, cuando inicia la Revolución, se oyen los tiros desde la escuela en la que estaba mi abuelo y la muerte de los hermanos Serdán es un fenómeno auditivo, ellos saben que algo está pasando y que hay una enorme balacera”.
“Cuando el gobierno toma los cadáveres de los hermanos Serdán y en la vía pública los exhibe, como una muestra terrible de poder, y disuasiva, doña Mercedes lleva de la mano a sus hijos a ver a los cadáveres de los Serdán y les dice algo así como ‘miren, así es como mueren los hombres libres’.»
«Eso generó que el escuincle, que para entonces tenía 12 años, estamos hablando de 1910, dos años después, con Gabriel Rojano, se van los dos a la Revolución, estamos hablando de un escuincle de 14 años que se acaba de criar en medio de las balas, se une a las fuerzas constitucionalistas y desde ahí, descubre el otro lado, el agrarista, y escribe el primer libro sobre que se llama ‘Exaltación a Zapata’”.
A DETALLE
- La exposición homenaje se mantiene abierta al público hasta el 20 de abril de 2025
- Se incluye una selección de marionetas pertenecientes al INBAL que formaron parte del Teatro Guiñol mexicano
- También se exhiben primeras ediciones, manifiestos, documentos y fotografía del intelectual mexicano
MAAZ