En los últimos meses, el principal rasgo del panorama económico global ha sido el aumento de la incertidumbre, palabra fetiche en estos tiempos en los que la errática política arancelaria de la Administración estadounidense y la falta de precedentes de choques proteccionistas recientes (“recientes” quiere decir casi en el último siglo) hacen que la lectura del panorama económico mundial se haya vuelto complicada.