martes, abril 1, 2025

Jorge Azcón (presidente del Gobierno de Aragón): “Las inversiones no son de cartón piedra” | Negocios

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En la sede del Gobierno de Aragón, la Casa de la Misericordia, un antiguo hospicio con grandes patios interiores que hoy se denomina Edificio Pignatelli, su presidente vive una tarde ajetreada. Jorge Azcón (Zaragoza, 1973), alcalde de su ciudad natal por el PP hasta que se puso al frente del Ejecutivo autonómico, en agosto de 2023, se hace esperar, pero luego dedica tiempo a EL PAÍS antes de continuar con su ronda de reuniones. Quiere hablar sobre el momento que vive Aragón ante una llegada de capital sin precedentes.

Pregunta. ¿Qué tiene Aragón para atraer tantas macroinversiones?

Respuesta. Las fórmulas no suelen tener un solo ingrediente. Los tres principales ingredientes son: el talento de los aragoneses; la energía renovable que ofrecemos, con suministro constante y a un precio muy competitivo y un tercer factor, que las compañías dicen que también es muy diferencial, que es el acompañamiento de la Administración en la tramitación administrativa, que puede acortarse de dos años a nueve meses. No son los únicos motivos, pero sí los tres principales.

P. ¿Cuánto dinero han captado hasta ahora?

R. Los 40.000 millones que anunciamos el año pasado se han quedado cortos. Ahora hablamos de 44.000 millones de euros, en lo que llevamos de año hemos sumado 4.000 millones. En sectores muy distintos, es verdad que fundamentalmente centrados en la tecnología, solo en centros de datos hemos anunciado 37.000 millones. Pero también en logística, agroindustria, automoción… Para tener una dimensión del momento histórico que vive esta comunidad suelo decir que en los últimos años la inversión directa extranjera media en España, no solo en Aragón, ha estado cerca de los 30.000 millones al año. Y en Aragón ya llevamos 44.000 millones.

P. Pero la inversión extranjera es dinero ya ingresado. En Aragón por ahora casi todo son solo anuncios.

R. Estos anuncios no son de cartón piedra. Son reales. Cuando ves el trabajo que hay detrás de la joint venture de la china CATL y Stellantis, cuando sabes lo que Amazon está haciendo y las previsiones que tiene, lo que está haciendo Microsoft, las renovables… Las grandes tecnológicas están acometiendo inversiones importantísimas en otros lugares del mundo, pero para ver inversiones híperescalares como las de Amazon o Microsoft en Aragón, hay que ir a Singapur o a Virginia. Hoy Aragón es la región europea que mayor inversión tecnológica tiene con mucha diferencia de la siguiente.

P. Pero los desarrollos pueden frustrarse.

R. Todos los proyectos que hemos presentado tienen detrás a una firma muy potente. Stellantis, Amazon Web Services, Microsoft o Blackstone no son compañías que apuesten por iniciar proyectos y dejarlos a la mitad. Hay un altísimo grado de posibilidades de que salgan adelante. Hoy leía que el mayor fabricante europeo de baterías, la sueca Northvolt, ha presentado concurso de acreedores tras invertir 10.000 millones de euros. Es evidente que la vida de las empresas es complicada.

P. Aragón también ha visto cómo la multinacional Becton Dickinson abandonaba su futura fábrica con el 80% ya construido…

R. Hay cisnes negros y a veces la vida de las empresas es muy difícil de explicar.

P. ¿La comunidad va a seguir apostando por los centros de datos?

R. Estamos generando un ecosistema que queremos que se extienda. Cuando las multinacionales apuestan por Aragón después de haber invertido millones de euros en estudiar distintas alternativas por Europa, lo hacen porque entienden que es el mejor lugar, no porque los aragoneses seamos simpáticos. Y por eso se están concentrando.

P. Son unos de los líderes en el desarrollo de energía renovable, ¿por qué ahora casi no hablan de ellas y les han sometido a un impuesto? Por cierto, ¿cuánto han recaudado con él?

R. Estamos viendo que ser un territorio líder en producción de energía renovable tiene consecuencias en el desarrollo industrial porque el precio de la energía es determinante para que las empresas apuesten por una comunidad. Las renovables son una parte muy importante de lo que llamamos el año de la prosperidad en Aragón. Queremos que haya más inversiones y se creen más puestos de trabajo y queremos que sea a base de dos cosas: que la fiscalidad consiga que tengamos mejores servicios y políticas sociales y que eso sea competitivo. Es verdad que en Aragón hemos puesto un impuesto porque queremos que el sector siga expandiéndose con criterio y recaudamos 11,5 millones el año pasado, muy por debajo de lo previsto. Vamos a seguir trabajando en que los proyectos, los que dependen de la comunidad, no solo tengan un desarrollo sostenible sino racional.

P. ¿Quiere decir que hasta ahora no se han hecho con criterio?

R. Me gusta más mirar al futuro. Creo que hay que hacer las cosas bien.

P. ¿Hay una burbuja de renovables y una red que está al máximo de capacidad?

R. Ese es el problema. En el momento en que decides electrificar la economía es necesario invertir en la red de transporte. Si queremos dejar los combustibles fósiles, hay que multiplicar la red. Vamos a un nuevo modelo que requiere que, unido a las nuevas tecnologías ligadas a los datos y a la inteligencia artificial, una reflexión sobre la inversión en la red de transporte. Las grandes tecnológicas seguirán invirtiendo en Aragón y en España en función de la inversión en la red; si no se hace, se irán a otros lugares.

P. La gente está preocupada por el consumo de agua y electricidad de los centros de datos, ¿qué tiene que decirle?

R. Aragón es una comunidad autónoma que se caracteriza por tener el 10% de los kilómetros de España, pero ser menos del 3% de la población. Uno de los debates históricos en Aragón es el del agua. Tenemos unas 400.000 hectáreas de regadío y el consumo del proyecto más importante que estamos tramitando, el de AWS, es equivalente a unas 150 o 170 hectáreas.

P. Pero hay muchos más centros proyectados.

R. Sí, esto va a ir evolucionando mucho más. Hoy (por el 13 de marzo) hemos presentado el proyecto de Azora, que propone un sistema de circuito cerrado en el que el consumo va a ser el equivalente a 25 viviendas. El problema importante que tiene Aragón es acabar las infraestructuras hidráulicas pendientes. Cada gota de agua cuenta, pero no podemos confundir litros con hectómetros. Nuestro principal problema está en los 1.000 hectómetros del embalse de Yesa. Los centros de datos consumen agua, sí, pero la opinión de la Confederación Hidrográfica del Ebro, que depende del Ministerio, es que el impacto hidrológico que van a tener en la cuenca es absolutamente imperceptible.

P. Aragón tiene un PIB de unos 47.000 millones de euros. ¿Cuál es la foto económica que prevén cuando estén finalizados los proyectos hacia 2030?

R. El objetivo de Aragón es ser el hub tecnológico de Europa. Las inversiones son la piedra angular, pero el Gobierno y la sociedad tenemos el reto de que esas inversiones se extiendan al resto de la economía. Estamos invirtiendo en formación, en las titulaciones que van a estar relacionadas con los puestos de trabajo del futuro; hemos puesto en marcha The Wave, uno de los eventos tecnológicos más importantes del país; vamos a invertir 100 millones de euros en el desarrollo del Distrito Aragonés de Tecnología Alierta, y quiero que la Administración autonómica sea pionera en la implantación de inteligencia artificial. El objetivo es estimular la transformación de nuestras empresas y eso se transformará en PIB y empleo. Aragón va a ser la Virginia de España, con trabajos con altos salarios y perspectivas de futuro increíbles.

P. Pero los centros de datos, salvo durante la construcción, generan muy poco empleo.

R. Siempre que se habla de centros de datos se habla de agua, energía y empleo. Pero se habla muy poco del impacto que generan. Tienen una facturación muy importante y, por tanto, el impacto que van a tener en el PIB de la comunidad y en la huella fiscal asociada es extraordinariamente interesante.

P. La ministra de Transición Ecológica asegura que hay una burbuja de centros de datos, ¿qué opina?

R. Lo que no puede haber es un agujero económico. Tenemos que tomar una decisión: si queremos que lleguen más inversiones a Aragón y, por tanto, a España, o si queremos que se vayan a otros países. Eso depende de la ministra y de la inversión en red de transporte. La ministra es quien tiene la solución al problema. Si decide no invertir, es evidente que puede haber una burbuja. Si invierte, no la habrá. En torno a Zaragoza tenemos cinco subestaciones eléctricas que van a tener que salir a concurso porque hay más proyectos que quieren consumir energía de la capacidad que tienen.

P. Hay quien le acusa de centralismo por impulsar los proyectos en torno a Zaragoza, ¿qué tiene que decir?

R. Si hay dos proyectos importantes que he impulsado, uno es el Plan Pirineos de Huesca, en el que hemos invertido más de 100 millones y otro es el fondo de pensiones de Teruel. Creo que soy el único presidente de una comunidad autónoma que, después de las reuniones que tuvimos con el presidente del Gobierno de España, se vino con un proyecto debajo del brazo: el FITE, que llevaba congelado desde 2003 y conseguí que se incrementara de 60 a 80 millones. Una cosa son las palabras y otra los hechos.



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