El litigio judicial más enjundioso del fútbol rumano ha llegado a su fin casi una década después de que se iniciara. La Alta Corte de Casación y Justicia despojó el pasado miércoles de manera definitiva al FCSB Bucarest del histórico palmarés del Steaua, equipo del cual procede, entre el 2003 y el 2017. Con esta decisión, el considerado como el heredero del club más laureado de la historia del fútbol de este país de la Europa del Este se queda solo con dos ligas en su haber. Precisamente, conquistó el pasado verano su primer trofeo tras nueve años de sequía después de imponerse al Farul Constanța, dirigido por el legendario Gheorghe Hagi.
“¡Hemos ganado! ¡El FCSB no es el Steaua y nunca lo será!“, señaló Florin Talan, el abogado del Club Deportivo del Ejército Steaua —equipo que juega en la actualidad en segunda división y que pertenece al Ministerio de Defensa—, que anunció el dictamen de la máxima instancia judicial, aunque esta aún no ha revelado el motivo de su decisión. “Este veredicto significa mucho, no solo el final del camino, sino un comienzo de un nuevo rumbo, porque ahora la Federación Rumana de Fútbol (FRF) y la UEFA tienen que reconocer nuestros derechos”, prosiguió el representante legal del Steaua.

Tras conocerse el fallo, los aficionados del nuevo Steaua, club fundado en 2017, instaron al organismo regidor del fútbol rumano que comunique la decisión judicial a la UEFA, institución que atribuye al FCSB el palmarés íntegro del antiguo Steaua, incluida la Copa de Europa de 1986 que ganó al Barcelona en Sevilla. “El [nuevo] Steaua tiene ahora todos los argumentos para pedir el reconocimiento ante la FRF y la UEFA”, indicó la Asociația Steliștilor 1947, la mayor comunidad de hinchas de la entidad, al tiempo que exigió al FCSB a pagar el perjuicio. Hasta el momento, la FRF solo contestó que se pronunciará sobre el asunto cuando conozca la motivación del tribunal.
En 2017, el Steaua —que significa estrella en rumano—, que llevaba años en manos privadas (fue vendido en 2003 por parte del Ministerio de Defensa, obligado este por la normativa UEFA), se vio obligado a cambiar el nombre por el de FCSB a causa de un litigio que acabó con la decisión de la Corte de Apelación de Bucarest de quitar al club el derecho a utilizar la denominación original y modificar el escudo. Pese al revés judicial, los cientos de miles de seguidores se mantuvieron fieles al club que había alzado 26 títulos de liga desde su creación en 1947 —durante el régimen comunista— hasta 2017.
Como respuesta, el Ministerio de Defensa, expropietario del Steaua, fundó ese año un nuevo equipo de fútbol con el nombre y el escudo de su antiguo club, que comenzó en la cuarta división y con Marius Lacatus, exatacante del Real Oviedo, como entrenador. En segunda división, ha estado cerca de volver a la categoría de oro del fútbol rumano, pero un problema burocrático impide que dispute el play-off de ascenso. Según el reglamento vigente en Rumania, se prohíbe competir en Primera a los equipos que no sean sociedades anónimas y pertenezcan a instituciones públicas, como ocurre con el Steaua.
Primero, la justicia le arrebató al FCSB en 2019 los 21 títulos (también el de la Copa de Europa) logrados hasta 2003, cuando lo compró el empresario Gigi Becali, también diputado de la formación de extrema derecha Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR). Tras recurrir la decisión, la Corte de Apelación de Bucarest le devolvió cinco años —el intervalo de 1998-2003—, en el que el equipo logró un campeonato. En ese tiempo, el club se separó del ejército a petición de la UEFA. Y, en 2023, la misma instancia judicial le despojó de los seis títulos ganados desde 2003 hasta 2017, una decisión que ratificó esta semana la Alta Corte de Casación y Justicia.
Becali, en cambio, insiste en que adquirió el equipo hace más de dos décadas con todo el palmarés y solo pide que se mantenga lo que ha ganado desde que se convirtió en el patrón de la escuadra bucarestina. Su abogado, Adrian Căvescu, cree que la UEFA seguirá asignando la Copa de Europa a la FCSB, aunque los tribunales rumanos hayan decidido definitiva e irrevocablemente lo contrario. “El tribunal juzga sobre la base de contratos y documentos; los organismos futbolísticos por la continuidad y, futbolísticamente, el FCSB es el sucesor de Steaua. Por eso, la UEFA, la FIFA y la FRF no van a cambiar el palmarés”, explicó Cavescu, quien subrayó que este conflicto debería haberse solucionado solo por instancias futbolísticas.
En el Steaua han militado grandes jugadores, además de Hagi, como Marius Lăcătuș, Helmut Duckadam, Miodrag Belodedici, Constantin Gâlcă, Ilie Dumitrescu y Dan Petrescu, entre otros muchos. Ahora su legado ya no se transmitirá al FCSB, que ha pasado oficialmente a tener solo dos trofeos en su palmarés, aunque sus aficionados seguirán identificándolo con el glorioso equipo.