El otoño es una estación de transición mágica, donde el calor del verano da paso a temperaturas más frescas y el paisaje se tiñe de tonos dorados y rojizos. Este cambio estacional no solo transforma el entorno natural, sino que también impacta profundamente en las plantas y cultivos.
En los jardines y huertos, el otoño es el momento ideal para plantar ciertos cultivos que prosperan en climas más frescos. Verduras como la col rizada, las espinacas y las zanahorias se benefician del clima otoñal, ya que las temperaturas frescas pueden mejorar su sabor y textura.
¿Cómo plantar ajo en otoño?
Pero uno de los principales cultivos que son ideales para iniciar en otoño y que además promete ser ideal para los primerizos en la jardinería, es el ajo, una planta herbácea que pertenece a la familia de las Liliáceas. Es conocido por su bulbo subterráneo, que es ampliamente utilizado como condimento en la cocina y también tiene una larga historia de uso en medicina tradicional.
Entres las principales características que tiene el ajo es que su forma de bulbo está compuesto por varios dientes o segmentos, que son las partes comestibles de la planta. Cada diente está cubierto por una piel fina y papirácea. Cuando se rompe el bulbo, se libera un aroma característico y potente.
El ajo es un ingrediente fundamental en muchas cocinas del mundo pues se utiliza tanto fresco como seco, y su sabor puede variar desde suave y dulce hasta fuerte y picante, dependiendo de cómo se prepare. Es común en salsas, sopas, adobos y como condimento para carnes y vegetales.
Además, el ajo ha sido valorado por sus posibles propiedades medicinales. Se le atribuyen beneficios para la salud cardiovascular, debido a sus compuestos activos como la alicina, que puede ayudar a reducir la presión arterial y el colesterol. Además, el ajo tiene propiedades antibacterianas, antivirales y antioxidantes.
¿Cómo cultivar ajo?
El ajo tienen la gran ventaja de poder crecer y desarrollarse a partir de un bulbo no maduro, pero incluso algunos que ya han tenido un largo tiempo de corte, puede servir a manera de reproducción. Para poder cultivar en casa el ajo, lo que hacer primero es desprender los dientes del bulbo, pero no quites la piel que los recubre. Cada diente se convertirá en un nuevo bulbo.
Asegúrate de que los dientes estén firmes y sin signos de enfermedad. Puedes dejarlos reposar en un lugar fresco y seco durante unos días para que se “endurezan” y se preparen para la siembra. Si vas a cultivar ajo en una maceta, es importante que estas tengan una profundidad de al menos 15 o 20 centímetros.
Es importante mantener el suelo o tierra ligeramente húmedos. No riegues en exceso, ya que el ajo prefiere un suelo que drene bien. Coloca la maceta en un lugar donde reciba al menos seis u ocho horas de luz solar directa al día. Si no tienes suficiente luz natural, considera usar luces de crecimiento.
Si sigues estos consejos, el ajo estará listo para cosechar cuando las hojas comienzan a ponerse amarillas y secas, lo que suele ocurrir en verano, si lo iniciaste en otoño, aproximadamente 8-9 meses después de la plantación.
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