lunes, octubre 27, 2025

Los latinos, acorralados por Trump: a la persecución migratoria se suma el cierre del Gobierno | Inmigración en Estados Unidos

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Como si no fuera suficiente ser el blanco de una persecución migratoria en la que el perfilamiento racial ha sido avalado por el presidente Donald Trump, el cierre parcial del Gobierno de Estados Unidos —que se inició el 1 de octubre y va camino de superar el récord histórico de 2018-2019—, ha puesto en riesgo el acceso a los programas de comida y salud de una gran parte de la población latina de Estados Unidos. Millones de trabajadores han dejado de recibir su sueldo por causa dela clausura, pero también ha dejado sin fondos a los programas de ayudas a la alimentación y a la sanidad para la población más vulnerable. Entre este grupo, los latinos son una porción importante.

“Este cierre gubernamental es un ataque directo a las familias latinas que mantienen el país en funcionamiento. Desde empleados federales y pequeños empresarios hasta familias que dependen de programas de nutrición y salud, más de 15 millones de latinos son los más afectados por la disfunción de Washington”, han advertido desde la organización Voto Latino.

Entre los funcionarios federales que ven peligrar su salario, ya que desde el Gobierno solo se ha asegurado el de los trabajadores que se consideran esenciales, hay unos 300.000 latinos, el 10,5% de todos los empleados públicos federales.

El mayor escollo de las negociaciones se refiere a los recortes a los programas de sanidad pública, como Medicaid, destinado a la población de menos ingresos, y Medicare, para los de mayor edad, y a la eliminación de los subsidios que permiten el acceso a seguros médicos más baratos. Los demócratas se han negado a apoyar unos presupuestos que dejarían a millones de personas sin acceso a la sanidad y los republicanos denuncian falsamente que la oposición quiere poner esos beneficios al alcance de los migrantes que residen indocumentados en el país.

La disputa está llevando a que se interrumpan servicios esenciales para la comunidad latina, ya que es un sector de la población que más los utiliza. Un ejemplo es la telesalud accesible. Un 30% de la población que depende de ello para las necesidades médicas es latina, lo que significa que, de continuar el cierre, dos millones de latinos enfrentarán obstáculos para acceder a atención médica esencial, según denuncia Voto Latino.

Casi el 18% de los latinos no mayores no tienen seguro médico y el 55% tiene un seguro insuficiente, lo que significa que las interrupciones en Medicare y las clínicas comunitarias afectarán especialmente a las familias latinas.

En el pulso que mantienen demócratas y republicanos está en juego la continuidad de los subsidios que se aprobaron durante la pandemia para abaratar los costes de los seguros de salud en un país en el que las cuentas médicas alcanzan cantidades estratosféricas que las familias de menos ingresos no pueden pagar. Gracias a los subsidios que se aplican en el mercado de seguros de salud de la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA), el programa que creó Barack Obama (el llamado Obamacare), millones de latinos trabajando en empleos de bajos salarios que no ofrecen beneficios de salud pueden acceder a la atención médica. Desde que se promulgó la ACA, la cantidad de latinos que contratan su seguro a través de este mercado se ha triplicado, alcanzando a más de cinco millones de personas.

Las Madrinas de los Seguros

Mil dólares más al mes

La eliminación de los subsidios va a suponer una media de incremento de mil dólares mensuales para sus seguros, lo que obligará a muchos de ellos a quedarse sin cobertura médica, como advierten desde la organización latina UnidosUS. “Para la comunidad latina, lo que está en juego es inmenso. Estos créditos fiscales no son solo números en una página. Son la razón por la que un padre no puede llevar a su hijo al médico. Un trabajador no puede renovar su receta médica, o una abuela no puede ir al médico sin saltarse comidas”, afirmó Janet Murguía, presidenta de UnidosUS, en una conferencia celebrada la semana pasada con otras organizaciones y legisladores demócratas para advertir de los riesgos de eliminar las ayudas.

El presupuesto que quiere aprobar el Gobierno de Trump contempla una reducción de impuestos para las grandes fortunas y, a cambio, el mayor recorte de financiación para el programa Medicaid. Los latinos también serían los más afectados. Aproximadamente 20 millones de latinos, o alrededor del 30% de todos los beneficiarios de Medicaid, dependen de este programa para su atención médica, a pesar de que los latinos representan solo el 20% de la población estadounidense. “Nuestra comunidad depende de Medicaid para cubrir las necesidades, y sin él, las familias enfrentarán consecuencias devastadoras”, añadió Murguía.

Otros dos programas cuyos recortes contempla el Gobierno y que enfrentan la falta de fondos por el cierre también afectan mayormente a la comunidad latina. El Gobierno anunció este fin de semana que se suspende el programa de SNAP, (Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria), que ofrece cupones de alimentación a las familias de bajos ingresos. Con 10 millones de beneficiarios, la comunidad latina es una de las más afectadas. También está en riesgo el WIC, el programa especial de nutrición suplementaria para mujeres, bebés y niños, que proporciona vales para comprar fórmula infantil, frutas y verduras frescas, leche baja en grasa y otros alimentos básicos saludables que a menudo están fuera del alcance de los hogares de bajos ingresos.

Gina, hondureña que vive en Jackson, Misisipi, cuenta por teléfono que muchos de los amigos latinos que tiene dependen del SNAP para llevar comida a la mesa. En un momento en el que tratan de evitar cruzarse con los agentes migratorios, el programa es más necesario que nunca. “Muchos reciben los cupones del programa SNAP y ahora temen perderlo, porque es lo que ayuda a la alimentación de los niños, sobre todo en un momento tan difícil como el actual. A las personas les da miedo acudir al trabajo y la economía está difícil”, afirma.

Tres millones de latinos se benefician de WIC y otros 10 millones dependen de SNAP para alimentar a sus familias. “Cada día que se prolonga el cierre, su acceso a estos beneficios esenciales se vuelve más incierto”, sostiene Murguía.



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