El secretario de Estado de Donald Trump, Marco Rubio, ha afirmado este miércoles dentro de la cancillería mexicana: “No hay ningún Gobierno que esté cooperando más con nosotros que el Gobierno de México, que el Gobierno de la presidenta de México”. En su primera visita al país, Rubio se ha reunido con la presidenta Claudia Sheinbaum para llegar a un nuevo acuerdo de colaboración con el que “desmantelar el crimen organizado transnacional”. “Como vecinos enfrentamos amenazas en común y hemos llegado a un nivel de cooperación histórica, jamás en la historia ha habido ese nivel de cooperación, con respeto a la soberanía, y da resultados concretos”, ha dicho uno de los hombres fuertes del Gabinete de Trump, que ha mencionado la entrega de 55 capos del narcotráfico a las cárceles estadounidenses.
Palacio Nacional ha sido la primera parada de Marco Rubio este miércoles. Una reunión, a puerta cerrada, que los dos Gobiernos han calificado de “muy productiva y cordial”. Después, el secretario de Estado se ha trasladado a la Secretaría de Exteriores de México, donde en un salón con más de 60 medios de comunicación, ha dado una rueda de prensa conjunta con el canciller Juan Ramón De la Fuente. Ahí los dos políticos han anunciado la creación de “un grupo de alto nivel”. Un equipo que se reunirá regularmente para revisar qué acciones se han tomado para “contrarrestar a los cárteles, fortalecer la seguridad fronteriza, eliminar los túneles fronterizos clandestinos, abordar los flujos financieros ilícitos, mejorar la colaboración para prevenir el robo de combustible, incrementar las inspecciones, investigaciones y procesos judiciales para detener el flujo de drogas y armas”.
México se quedó fuera de la primera gira latinoamericana del poderoso secretario de Estado de Trump. En febrero, Rubio visitó Panamá, Costa Rica, Guatemala, República Dominicana y El Salvador. Ese paseo triunfal dejó, por ejemplo, el acuerdo entre el Gobierno de Donald Trump y el de Nayib Bukele para utilizar la megacárcel salvadoreña, el llamado Centro de Confinamiento del Terrorismo, para albergar a presos estadounidenses —todavía no se conocía que iban a trasladar allí también a migrantes sin antecedentes criminales—. En esa ocasión, Rubio buscaba pactos con los Gobiernos centroamericanos para frenar la migración indocumentada, combatir el tráfico de drogas y alejar la influencia china de la región. Prácticamente lo que mismo que busca ahora en México.
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