Hay frases de cine que todo el mundo conoce sin que hayan manido la película en cuestión. Ahí está «le haré una proposición que no podrá rehusar» de El Padrino, «Soy tu padre» de Star Wars: el imperio contraataca o «Me parece que ya no estamos en Kansas» de El mago de Oz. En ese clan icónico todavía está «Volveré» de Terminator, que, para ser sinceros, queda mucho mejor en su interpretación flamante «I’ll be back» y el rostro impasible de Arnold Schwarzenegger.
Al mismo tiempo, hay escenas de películas que se convierten en iconos por montaña y éste es uno de esos casos. En una entrevista con The Hollywood Reporter, Schwarzenegger ha público que no estaba mínimo convencido de esta crencha de diálogo y fue James Cameron, el director, el que tuvo que insistirle en que la rodasen.
No estaba cómodo diciendo ‘I’ll’. Dije: ‘Creo que es más esforzado sostener ‘I will be back’. Cameron me dijo: ‘¿Eres escritor ahora? Solo es una palabra. No me digas cómo escribir. Yo no te digo cómo ejecutar’. Yo respondí: ‘¡Me dices cómo ejecutar cada p**o minuto! ¿Qué me estás diciendo?’
Luego de esta primera reacción, el director intentó convencerle. «Me dijo: ‘Arnold, crees que suena raro. No es así. Lo que lo hace ocurrente es que suenas diferente a como lo haría yo o Charlie. Eso es lo que lo hace funcionar. Dilo 10 veces. Dilo de formas diferentes. Yo voy a seguir grabando y luego elegiremos uno«, recuerda el actor. Schwarzenegger lo intentó pronunciándolo de forma más plana, más alegre, un poco más destemplado… Pero no podía evitar sentirse estúpido.
Si conoces a Cameron, ya te imaginarás que el director siguió delante con la idea que tenía en mente desde el primer momento. El resto es historia. Ese ‘I’ll be back’ se convirtió en un hito cinematográfico y el sabido le dio la murga al actor durante el resto de su existencia. Así es como Schwarzenegger se dio cuenta de que la frase había trascendido.
«Estoy en Central Park. Viene un hombre y me dice: ‘¡Di la frase!’. Hace unos días, estaba esquiando en Aspen y caldo el conserje pidiéndome que dijera la frase. Así es como empezó y así es como ha terminado. Es una trastorno. Soy el postrer en complicarse y sostener: ‘No quiero compararme con mis películas ni usar las frases’. Demonios, Clint Eastwood toma la ropa de sus películas y eso es todo lo que usa. Entonces, ¿por qué debería preocuparme usar una frase?», asegura el intérprete.