Y aquí andamos, otra vez. ¿La séptima es la vencida? Ojalá que no, pero los beatlémanos saben que Sir Paul MacCartney es un roble de madera inglesa de 82 años de edad. Y hoy, como en el 93, 2002, 12, 17 y 23, hace poco menos de un año, se reúnen en el ahora Estadio GNP varias generaciones para corear ¡Paul!, ¡Paul!, ¡Paul!.
Rebasan las nueve de la noche y un grito unísono le da la bienvenida al cantante. La nostalgia empieza fuerte con ‘Can’t Buy Me Love’. 65 mil personas se la saben completa en el mejor inglés posible, de hecho, varios miles aprendieron el idioma solo para saber qué decían esos chicos de Liverpool.
Llega ‘Junior’s Farm’ y el coro no para “¡Paul, Paul, Paul!”. “¡Hola chilangos!”, grita. Y los fans se desgañitan. No sería exagerado decir que en México están miles de sus fanáticos más fieles, tan sólo en la capital existe un programa radiofónico dedicado a la música de los Fab Four desde hace por lo menos tres décadas.
Después de ‘Letting Go’, McCartney dice que esta noche intentará hablar un “poquito de español”. “¡Es muy padre estar aquí de nuevo, es padrísimo!”. Todo gesto del inglés provoca un alarido.
‘Drive My Car’ es otro gran clásico para todo mccartniano. Y lo es aún más ‘Got to Get You Into My Life’. En los conciertos del músico hay un coro que se creó espontáneamente desde su segunda visita “¡Olé, olé, olé, Sir Paul, Sir Paul!”, y siempre le ha causado gracia, como en esta noche que tras ‘Come On To Me’ acompaña a los fanáticos con su bajo. El ambiente es una gran fiesta con sabor a despedida.
Con ‘Let Me Roll It’ Paul regala un breve espectáculo de drones en los que se observa el puente londinense y corazones de todos tamaños y colores, así como el logo de la gira que lo ha traído nuevamente a México, Got back que arrancó en 2022 y que ya presentó dos veces en la Ciudad de México.
‘Getting Better’ es festejada por los beatlemanos, pero “Let ‘Em In” es para Mccartnianos, es una rola que le encanta a Paul tocar porque cuando aún se podía ingresar con encendedores, la gente empezó a prender y a apagar la llama al ritmo de la canción dando a Paul un show irrepetible.
“Esta canción la escribí para mi maravillosa esposa Nancy y está entre ustedes esta noche”, dice antes de ‘My Valentine’.
Brian Ray, Abe Laboriel, Rusty Anderson y Paul «Wix» Wickens, los músicos de cabecera de Paul son celebrados en ‘Nineteen Hundred and Eighty-Five’, sigue con otro tema dedicado a su primera esposa Linda, ‘Maybe I’m Amazed’, una canción que tuvo y tiene una gran popularidad en el país, basta con escuchar la segunda voz que le hacen los miles de admiradores a uno de los hombres que ayudó a fundar la cultura pop de mitad del siglo XX.
Han tocado cerca de una veintena de canciones y la fiesta con sabor a despedida ya está en su apogeo. Y es que en esta relación entre Paul y México hay miles de historias que se han contado por más de 50 años. Y Paul, hermano ya eres mexicano, no en balde dice: “¡Que chido, liro” después de interpretar ‘I’ve Just Seen a Face’. Al cierre de la edición se espera que el músico cante más clásicos después su repertorio solista como Live and let die y como beatle como Hey Jude. ¿La última y nos fuimos? Ojalá que no, aún hay miles de historias que crear entre Paul y México.
MAAZ