La noche del día 15 de noviembre de 2023, cuando los trabajadores ya habían abandonado el Ayuntamiento de Huelva, dos mujeres accedieron a la casa consistorial para reunirse con la alcaldesa de la localidad, Pilar Miranda, y una concejala del Partido Popular (PP), para llevar a cabo un ritual de limpieza contra los malos espíritus.
Las dos mujeres realizaron en el salón de plenos y en otras dependencias municipales un sahumerio, una herramienta empleada desde la más remota antigüedad para realizar rituales de limpieza y protección contra energías negativas. La palabra sahumar significa perfumar con humo aromático, en este caso utilizaron el romero, una planta muy popular en todo el mundo, como complemento culinario, pero también para muchos usos esotéricos. De hecho, al día siguiente, los trabajadores no sólo vieron los restos de esta planta en el suelo sino también de sal, uno de los minerales sagrados tanto en el mundo terrenal como en el espiritual, que está relacionado con la prosperidad y la protección.
Las reacciones a la información destapada por la revista La mar de Onuba ha levantado una polvareda política en la capital Onubense. Mónica Rossi, portavoz de La Izquierda de Huelva (una coalición formada por Izquierda Unida, Podemos, Iniciativa del Pueblo Andaluz) llevó al pleno del celebrado el 31 de enero este asunto para conocer más detalles acerca del insólito ritual llevado a cabo en las dependencias municipales y conocer si se utilizaron fondos públicos para ejecutar este “acto de brujería”.
@sextaNoticias se hace eco del «sahumerio consistorial» organizado por @PilarMirandaPlt en el@AytoHuelva, información revelada por @lamardeonuba el pasado #28dediciembre… y que pocos -claro, con motivo- creyeron entonces.
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La alcaldesa popular, Pilar Miranda, ha pasado “de puntillas” por el asunto sin esclarecer quién autorizó el ritual, si se adoptaron medidas de seguridad durante la quema del romero o si se utilizó dinero público para el mismo.
Rossi por su parte ha lamentado tener que llevar a pleno una cuestión tan “esotérica e impropia de una democracia del Siglo XXI” pero estima que la “ciudadanía tiene derecho a conocer si se utilizó dinero público para la supuesta ‘limpieza de espíritus’ en el que se realizó el sahumerio para “ahuyentar malos espíritus”.
Pero, más allá de la derivada política del ritual o del presunto uso de fondos públicos, la pregunta clave es: ¿Qué impulsó a la edil popular a autorizar el sahumerio? ¿De qué quería protegerse para incluir su despacho y el salón de plenos? Son preguntas que siguen sin respuesta.
