La imposición de un arancel del 17% sobre el tomate mexicano ha abierto un nuevo frente entre Estados Unidos y México. La Secretaría de Comercio de EE UU anunció este lunes la reactivación de una cuota compensatoria derivada de una denuncia de 1996 presentada por los productores de Florida contra sus homólogos mexicanos por supuestas prácticas de comercio desleal. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha sacado pecho este martes para defender a los agricultores mexicanos ante este nuevo gravamen. “No estamos de acuerdo con esta medida que toma el Departamento de Comercio de Estados Unidos. El tomate mexicano va a seguir exportándose, aun con el arancel, porque no tiene sustituto”, declaró la mandataria en Palacio Nacional. La noticia ha caído como balde de agua fría sobre un sector que abastece el 90% de la demanda de tomate en Estados Unidos. Un río de exportaciones equivalente a 2.800 millones de dólares al año.
Sheinbaum refirió que el acuerdo que libraba de aranceles a los tomates mexicanos ya se había retirado en 2019, pero en EE UU lo tuvieron que volver a aplicar dada la alta dependencia del mercado estadounidense al fruto mexicano. Anualmente, Estados Unidos consume 6.500 millones de libras de tomate, de las cuales 4.300 provienen del campo mexicano. Frente a estas cifras, la presidenta de México indicó que su equipo seguirá negociando en Washington para esquivar el impuesto. La mandataria hizo hincapié en que la medida es “injusta” y perjudicará a los propios consumidores de EE UU porque los precios se incrementarán. En paralelo, el gobierno federal se reunirá este martes con los tomateros del país con miras a presentar, la siguiente semana, una batería de apoyos para este sector.
Durante su habitual conferencia de prensa en Palacio Nacional, Sheinbaum leyó el posicionamiento de las principales asociaciones agrícolas en contra de este arancel. “No hay en el corto, ni en el mediano plazo, países del mundo que puedan reemplazar el tomate mexicano en un mercado que hemos construido a base de innovación y esfuerzo por los últimos 120 años”, indicó. Los productores de tomate mexicano también defendieron que durante los 28 años de vigencia del acuerdo, logramos modernizar el sector y generar un producto competitivo y de alta calidad que capturó la preferencia de los consumidores en EE UU. En un comunicado aparte, las secretarías de Economía y Agricultura, lamentaron la decisión de EE UU y calificaron la decisión como injusta y detallaron que en las negociaciones entre productores de Estados Unidos y mexicanos “se han formulado diferentes propuestas para tratar de llegar a un buen acuerdo”, pero han sido descartadas “por razones políticas”.
Frente a la andanada de amagos arancelarios de Trump contra México, la mandataria ha vuelto a llamar al diálogo. Sheinbaum aseguró que las mesas de trabajo entre ambos países están en marcha y confían en llegar a una rebaja de aranceles antes del 1 de agosto, fecha en que está previsto que el Gobierno de Donald Trump aplique un arancel del 30% sobre las exportaciones mexicanas fuera de TMEC, un alza respecto a la actual tarifa del 25%. A contrarreloj, el equipo de Sheinbaum busca desactivar este arancel o, al menos, no sufrir un nuevo incremento. “Evidentemente, nosotros estamos buscando el impacto menor para nuestro país”, zanjó la presidenta de México.
