Ocurrió hace más de cinco años, pero la herida todavía está abierta. A finales de 2019, Euronext intentó comprar el gestor de la Bolsa español (BME). El mercado paneuropeo dirigido por Stéphane Boujnah ya tenía contratados los bancos de inversión —Rothschild y Société Générale— y había vendido su proyecto a las autoridades —CNMV, el Tesoro y el Ministerio de Economía—. Solo faltaba convencer a los accionistas, con la familia March a la cabeza. Pero en su camino se cruzó la firma suiza SIX Group, que hizo una oferta que no pudo o no quiso igualar: 2.800 millones de euros. Al directivo le dolió que la prensa española le comparara con Napoleón y su derrota en la guerra de la Independencia. “Me sentí humillado y tremendamente triste. Euronext no tiene nada que ver con el imperio napoleónico. Nuestro objetivo es desarrollar un proyecto europeo común de éxito similar al de Airbus”, explica desde su cuartel general en París durante una entrevista por videoconferencia.
Boujnah (Albertville, Francia, 1964) espera la revancha. O al menos que el tiempo le dé la razón. De momento, celebra el primer cuarto de siglo de Euronext. Han sido 25 años de altibajos en una industria, la de los mercados de capitales, que ha sufrido una auténtica revolución espoleada por los cambios normativos como la directiva MiFID (2007), que abrió este negocio, hasta ese momento monopolizado por las diferentes Bolsas nacionales, a la competencia. En el año 2000 se puso la primera piedra de Euronext con la unión de las Bolsas de París, Ámsterdam y Bruselas. Luego se han ido sumando otras plazas como Lisboa, Dublín, Oslo, Copenhague y Milán. En este camino hay dos momentos clave. El primero fue la fusión con la Bolsa de Nueva York en 2007. La operación fue un sonoro fracaso y siete años después se deshizo el matrimonio con la salida a Bolsa de Euronext, otro punto de inflexión. En 2015, Boujnah cogió las riendas.
Pregunta. ¿Qué ha cambiado en estos primeros 25 años de vida de su compañía?
Respuesta. El mundo ha cambiado radicalmente. Euronext nació en un momento en el que se caminaba hacia el multilateralismo y la cooperación internacional. Esa época de la globalización feliz, sin embargo, ha terminado. Desde el punto de vista económico, el peso del mercado de valores americano es muchísimo más relevante que en el año 2000. Y lo es no solo por su sector tecnológico y el fomento de emprendimiento, sino también por su sistema de ahorro. En EE UU, si quieres tener ingresos en la jubilación debes empezar a comprar acciones cuando eres joven; en Europa debes confiar en que tus conciudadanos paguen impuestos y cuotas a la seguridad social. Europa tiene un problema con el tamaño de sus mercados financieros, que restan capacidad de crecimiento a las empresas y lastran su productividad. Para solucionar esta debilidad se necesitan tres cosas: reforma de las pensiones, reforma de las pensiones y reforma de las pensiones. Solo incentivando el ahorro a largo plazo en acciones como ocurre en EE UU podremos corregir este déficit.
P. ¿Y qué cambios destacaría en los mercados financieros?
R. Europa ha vivido una división entre aquellas Bolsas que han optado por seguir financiando a la economía real, como Euronext y BME, y las que han preferido huir de su negocio tradicional. En casos como Deutsche Börse y en la London Stock Exchange los ingresos por la negociación bursátil son de, aproximadamente, el 5% como mucho.
Desde la oferta pública de venta (OPV) de acciones de 2014, Euronext ha dado un salto importante. Si en el momento del estreno en el parqué facturaba 458 millones y tenía un valor en Bolsa de 1.400 millones, ahora los ingresos anuales llegan a 1.600 millones y la capitalización supera los 15.000. En su plataforma se negocian el 25% de las acciones que se intercambian en Europa. Pero Boujnah no levanta el pie de acelerador. La compañía tiene un nuevo plan estratégico hasta 2027 que ha bautizado como “Innovando para crecer”.
P. ¿Cuáles serán los motores del crecimiento futuro?
R. El plan se basa en acelerar nuestro crecimiento orgánico en dos direcciones. En primer lugar, queremos extraer todo el valor posible a la cadena de valor que hemos creado, que abarca desde la admisión a cotización y la negociación hasta la compensación, liquidación y custodia para dar el mejor servicio a nuestros clientes. El segundo pilar es la diversificación. La negociación de acciones de Euronext solo aporta el 17% de los ingresos, pero nuestra área de negociación total aporta el 40%, porque además de acciones somos una plataforma donde se negocian materias primas agrícolas, divisas, bonos y electricidad. Nuestro modelo es muy diferente al de otras Bolsas donde solo se intercambian títulos de renta variable. Además, vamos a seguir creciendo en otras áreas como los datos, la tecnología, los servicios corporativos y la poscontratación. El objetivo de mejorar en el ámbito operativo más de un 5% de media anual es conservador porque siempre nos hemos caracterizado por cumplir o mejorar las previsiones dadas a los inversores.
P. Las adquisiciones han sido básicas para Euronext. ¿Contemplan nuevos movimientos a corto y medio plazo?
R. Sí, vamos a seguir usando nuestro capital para el M&A [fusiones y adquisiciones, en inglés]. Generamos mucha caja y estamos en una situación financiera que nos permite realizar adquisiciones inteligentes siempre y cuando el retorno del capital empleado esté por encima del coste de financiación. Tenemos límites prudenciales, pero no vamos a parar nuestra política de adquisiciones.
Boujnah, un apasionado de la historia que asegura leer al menos un libro de esta materia a la semana, tiene una vinculación especial con España. Todo empezó en Salamanca, ciudad en la que pasó un verano al cumplir los 18 años y de la que guarda un vívido recuerdo. Tras formarse en el Instituto de Estudios Políticos de París, inició su carrera profesional como abogado mercantil en Freshfields, fue también asesor del entonces ministro francés de Economía Dominique Strauss-Kahn y luego desembarcó en el sector financiero. Trabajó para Credit Suisse y Deutsche Bank. Antes de fichar por Euronext retomó su vínculo con España como responsable de Mercados y Banca Global para Europa Continental en el Banco Santander. “Pero, ojo, según los estándares del Santander, Europa continental es todo menos la península Ibérica, donde nadie que no sea español puede llevar el banco”, matiza con retranca.
P. ¿La posibilidad de comprar BME ha quedado definitivamente atrás?
R. SIX hizo una oferta a un precio más elevado que no encajaba en nuestros estándares de valoración. Ahora estamos en una situación distinta a la de 2019. El equipo gestor de BME y SIX que acordó la fusión ya no está y SIX han tenido que realizar una depreciación contable de su negocio en España.
P. ¿Eso quiere decir que lo descartan?
R. Si Euronext puede ser una solución para el mercado español, para que éste se integre en un proyecto paneuropeo, estaríamos encantados de sentarnos a negociar la compra de BME. Pero para eso se necesita también la voluntad de la otra parte. Como le decía, es un activo muy diferente al de hace cinco años. La cuota de mercado en la negociación de acciones de BME ha bajado, muchos clientes institucionales han decidido contratar en otras plataformas y hay muy pocos listings [colocación de nuevas compañías en el mercado]. Por poner un ejemplo, en 2023, Euronext acogió más salidas a Bolsa de empresas españolas que la propia BME. La compañía tenía buen talento interno, pero ahora no sé cuál es la situación.
P. ¿Han hablado, aunque sea de manera informal, con alguien de SIX sobre esta posibilidad?
R. No.
P. También intentaron comprar el supermercado de fondos de origen español Allfunds, pero retiraron su opa. ¿Por qué? ¿Volverán a intentarlo?
R. No cerramos el acuerdo por diversas razones. Allfunds es una empresa que cotiza en Euronext y, como Bolsa regulada, no podemos hacer comentarios sobre compañías cotizadas.
La guerra comercial desatada por la nueva Administración de EE UU está teniendo un efecto doble en los gestores de los mercados bursátiles. Por un lado, la gran incertidumbre geopolítica y económica está paralizando muchas salidas a Bolsa, una línea de negocio importante para esta industria. Muchas compañías esperan a que haya más visibilidad antes de saltar al parqué. Sin embargo, esta incertidumbre también ha disparado la volatilidad de los mercados, lo que se traduce en mayores volúmenes de negociación. De hecho, Euronext logró entre enero y marzo, justo en el cenit de la guerra arancelaria, su récord de ingresos en un trimestre: 458,5 millones de euros, un 14% más.
P. ¿Qué le parecen las medidas económicas de Trump?
R. EE UU, en la actualidad, no es reconocible. Es un país totalmente diferente al que estábamos acostumbrados. Ahora reúne todas las características de un mercado emergente: su toma de decisiones es imprevisible, el Gobierno hace nombramientos extraños, el debate político está silenciado, la comunidad empresarial, intimidada, y, como guinda, hay una relación sin precedentes entre los oligarcas y los funcionarios públicos. Todo eso hace que para las compañías sea muy difícil poner en un modelo de negocio previsiones sobre inflación, tipos de interés o costes de exportación e importación. Todo esto está provocando una rotación de activos significativa en los inversores internacionales. Muchos gestores de fondos, sobre todo asiáticos, están desviando sus flujos de inversión hacia Europa porque la consideran una zona mucho más estable y predecible.
P. A pesar de estos vientos de cola para Europa, las salidas a Bolsa siguen en mínimos. ¿Por qué?
R. Nosotros captamos un tercio de los nuevos listings que hay en Europa y una proporción de colocaciones internacionales como la de Ferrrovial. Pero es verdad que hay una desaceleración a escala global del número de compañías interesadas en cotizar. Y la explicación hay que buscarla sobre todo en la competencia del capital riesgo. La industria del private equity ofrece a las compañías ahora las mismas herramientas que históricamente les han ofrecido las Bolsas: captar dinero para invertir, dar liquidez a sus accionistas o pagar a sus directivos. Además, el private equity suele pagar una prima por el control de la compañía, mientras que si sales a Bolsa lo normal es que lo hagas con descuento porque se supone que saltas al parqué para crecer. Dicho esto, el capital riesgo tiene ahora presión por vender muchas de las participadas que tienen en cartera y ya no será tan fácil que se las traspasen entre ellos. Detecto que el apetito por salir a Bolsa está creciendo, solo hace falta que baje un poco la volatilidad en el mercado.
Los corros donde se negociaban acciones a viva voz son ya cosa del pasado. Solo quedan los famosos brókeres de la Bolsa de Nueva York con sus chaquetillas azules, pero casi más como parte del decorado que por necesidad real. Las Bolsas ofrecen servicios financieros a sus clientes, pero su perfil es cada vez más tecnológico. Innovaciones como la inteligencia artificial (IA), el blockchain o el big data están cambiado las reglas del juego. Por eso, los gestores bursátiles se ven en la obligación de invertir cada año millones para mejorar su eficiencia, la velocidad de sus plataformas y acoger a los nuevos activos que se compran y se venden muchas veces por máquinas aleccionadas por algoritmos. Boujnah, aunque no quiere ser visto como un negacionista tecnológico, matiza el impacto de estos avances.
P. ¿Cree que la IA cambiará el negocio de los mercados de valores?
R. La IA está cambiando la forma en la que trabajamos y por eso estamos invirtiendo mucho dinero en este campo. No obstante, esta tecnología no puede crear ninguna cosa que no existiera previamente. Una parte muy importante del valor de las Bolsas es su capacidad para poner precio a las cosas, y eso no lo puede hacer la IA porque el precio es el resultado de la confrontación cada milisegundo de millones de mensajes de gente que quiere comprar y vender.
P. Dentro de la diversificación de activos sujetos de negociación que busca Euronext, ¿qué papel juegan las criptomonedas?
R. Nosotros hemos decidido no participar en este juego por dos razones. La primera es que probablemente ya sea demasiado tarde para intentarlo, el mercado está concentrado en los grandes operadores como Binance o Coinbase; y la segunda es que no queremos vernos salpicados por situaciones controvertidas, evitamos posibles riesgos reputacionales. Las Bolsas se caracterizan por ser muy transparentes y estar muy reguladas. Y los criptoactivos ni son transparentes ni están regulados. Donde sí estamos trabajando es en la tokenización de diferentes clases de activos gracias a la tecnología blockchain.