Por más que se empeñen los traductores, esta película siempre se llamará ‘El día de la marmota’
En 1947, Walter Bullock, un guionista y letrista de canciones, crearía el guion de una película que, a priori, no tenía nada para pasar a la historia: Volver a vivir. Pero, sin saberlo, fue una pionera inesperada de algo que, hasta ese entonces, el cine no se había atrevido a explorar: los bucles temporales. En aquella primigenia película, una mujer mata a su marido y desea repetir 1946 desde enero de nuevo para poder enmendar sus errores. Y, ojo: el marido acababa muerto de todas maneras. Con el tiempo, a partir de los 80, este subgénero acabó ganándose su propio nombre: El día de la marmota.
¿Repetimos desde arriba?
¿Os acordáis de ese episodio de Los Simpson en el que Lucy Lawless explicaba a los fans de Xena que cualquier cosa rara que vieran en los episodios, «la hizo un mago»? Pues así debió de sentirse Harold Ramis cuando le preguntaron cuánto tiempo pasó Bill Murray dentro del bucle en Atrapado en el tiempo. Para salir del paso, dijo que unos diez años, pero claramente no le preocupaba lo suficiente (después aclaró que serían más bien 30 ó 40, todo sea dicho). Con los años, los fans hemos tenido tiempo para explorar, y claramente Ramis se quedó corto. Y no, esto no lo hizo un mago.
En la película vemos tan solo 38 repeticiones del día, pero nos da para ver muchos detalles. Por ejemplo, los días que el propio Phil menciona, como cuando dice que ha sido «apuñalado, disparado, congelado, colgado, electrocutado y quemado». Eso son seis días en total, ¿no? La cifra, en este caso, se eleva a otros 452 días, incluyendo los seis meses que se pasó entrenando para tirar bien las cartas en un sombrero dado la vuelta, las cien veces que vio Heidi 2 en el cine o los días que vio Jeopardy hasta saberse todas las respuestas.
Seguimos sumando: a lo largo de la película, Phil aprende a tocar el piano y hacer esculturas de hielo, entre otras cosas. ¿Sabéis cuánto tiempo se tarda en estar al nivel que se nos plantea en la cinta? Unos 7935 días. Añádele que sabe francés (concretamente poesía francesa del siglo XIX) o su conocimiento de quiropráctico, y estos días suben a los 12383. Además, tuvo sus 12 días adicionales haciendo obras de caridad. En total, 12.395 días. O sea, 33 años y 350 días antes de despertarse el 2 de febrero como si nada hubiese pasado. ¿A que vosotros también habéis pensado más de una vez, metidos en pleno bucle, cuántas películas seríais capaz de ver?