domingo, agosto 3, 2025

Tráfico de mercurio para las minas de oro: el nuevo y millonario ‘negocio’ del Cartel Jalisco Nueva Generación

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La lista de negocios del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) es prolífica. Fentanilo, armas, combustible, extorsión, migración. Y ahora, el tráfico de mercurio mexicano para la minería ilegal de oro en Sudamérica. Así lo ha revelado la Agencia de Intervención Ambiental de Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés), en su más reciente reporte Traficantes no dejan piedra sin levantar. De acuerdo con el informe, la organización criminal más poderosa de México ha extendido sus tentáculos en países como Bolivia, Perú y Colombia para seguir incrementando sus arcas. Según la agencia gubernamental, desde 2019 hasta el año en curso se estima que la ganancia del grupo delictivo asciende a alrededor de 8.000 millones de dólares por el trasiego de mercurio, considerado una de las 10 sustancias químicas más letales del mundo.

De acuerdo con el informe, Querétaro es el punto de origen de “uno de los mayores flujos ilegales de mercurio jamás documentados”. Para ser exactos, entre abril de 2019 y junio de 2025, unas 200 toneladas han sido contrabandeadas desde las minas de Cristo Vive, El Mono, La Fe y La Peña, destinadas a la minería de oro en los países mencionados. Un promedio de 40 toneladas de mercurio al año entre 2019 y 2024. Estas minas se encuentran altamente protegidas por fortificaciones construidas recientemente, erigidas entre noviembre y diciembre de 2023, que incluyen puertas, torres de observación con cámaras, alambre de púas y hombres con armamento de alto calibre.

La gran mayoría de los mineros de oro artesanales y a pequeña escala, frecuentemente ilegales, dependen del uso cotidiano de mercurio. Lo utilizan para facilitar la separación y captura de partículas de este metal precioso de la arena y otros sustratos de los que se extrae. Posteriormente, el oro se separa del mercurio mediante un proceso de combustión durante el cual el mercurio se evapora. Esta práctica representa, aproximadamente, el 40% de todas las emisiones atmosféricas por mercurio causadas por la mano humana.

Un hombre trabaja en una mina de mercurio en Camargo, Querétaro.

Según testimonios de fuentes que trabajan en las minas en Querétaro, la demanda de mercurio para la minería del oro ha impulsado la sofisticada operación y la ha vuelto rentable. Estos mismos han señalado que una nueva “fiebre del mercurio” azota la región desde principios de este año. Detonada, en gran parte, por los precios récord ofrecidos por los traficantes (330 dólares por kilogramo), como consecuencia del alza en los precios del metal dorado.

Julia Yansura, directora del programa de delitos contra el ambiente y financiación ilícita de la Coalición para la Responsabilidad Financiera y la Transparencia Empresarial (FACT, por sus siglas en inglés), afirma que el informe es revelador. Ya que hasta su publicación, de acuerdo con investigadores y los gobiernos de distintos países, se creía que el mercurio para la explotación de oro en Sudamérica provenía de países como Rusia, China, Tayikistán y los Emiratos Árabes Unidos; y que a través de Bolivia se distribuía por vía terrestre entre naciones vecinas. “El hecho de encontrar estas nuevas evidencias que involucran a México me sorprende mucho”, afirma por videollamada.

Más de 10 años de contrabando

Como consecuencia de la prohibición de exportación implementada en la Unión Europea en 2011 y en Estados Unidos en 2013, México se convirtió rápidamente en uno de los principales proveedores mundiales de mercurio, junto con China, Indonesia y Kirguistán. En Querétaro, la segunda reserva más grande del mundo de este elemento, estaban en operación en 2020 al menos 19 minas, donde se produjo anualmente hasta 100 toneladas. La producción en zonas como La Plazuela ha alcanzado niveles “casi industriales” bajo la sombra del CJNG.

A la cabeza de esta operación, según señala el reporte, está presuntamente el mexicano Juan José N, quien lleva más de una década involucrado en el contrabando. Este supervisa la compra de mercurio líquido a mineros, el camuflaje del metal en bolsas llenas de grava, su transporte ilegal a puertos marítimos y su envío fraudulento.

Zona de hornos de una mina en Querétaro.

Desde los puertos de Manzanillo y Veracruz prepara los contenedores, cada uno de aproximadamente 20 toneladas, con destino a Panamá, parada que le sirve a los contrabandistas como centro de transbordo hacia la India, Bolivia, Colombia, Perú o Ecuador.

Su modus operandi consistía en añadir cuatro toneladas de mercurio líquido a bolsas de grava que se cargan en un contenedor de seis metros, aproximadamente. Una vez dentro, los recipientes son cubiertos con docenas de bolsas idénticas llenas de escombros regulares. “La principal razón es que los traficantes declaran erróneamente los cargamentos procedentes de México como ‘material de construcción’ o ‘piedras decorativas”, detalla el documento. De ese modo, hasta el pasado mes de junio, los cargamentos sospechosos han podido pasar los controles.

El pasado 7 de junio, las autoridades aduaneras de Perú confirmaron la incautación en el puerto del Callao de un contenedor con mercurio de contrabando por un valor aproximado de 500.000 dólares con procedencia de México hacia Bolivia. La Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria de ese país detectó la carga adherida a un envío de 20 toneladas de “piedra chancada” (gravilla), transportada en bolsas de 25 kilos que, según las estimaciones especializadas, tras ser procesada podría rendir unas cuatro toneladas de mercurio líquido.

Los analistas de la EIA han identificado un total de 50 cargamentos exportados desde México que probablemente contenían material con mercurio, entre abril de 2019 y junio de 2025. De estos cargamentos, 37 tenían como destino Perú, 10 iban a Colombia y tres a Bolivia. Según el análisis de la agencia gubernamental, esto representaría aproximadamente 200 toneladas de mercurio de contrabando.

Minería de oro en la reserva comunal Amarakaeri, en Madre de Dios, Perú.

Lavado de dinero a través del oro

El crecimiento de la minería ilegal de oro, que vive un nuevo auge con precios que han escalado hasta los 107 dólares por gramo en los últimos seis meses, no ha hecho más que convertir al mercurio en un catalizador codiciado. Los grupos criminales, como CJNG, se han aprovechado no solo de una fuente de ingreso, sino también de otro medio más para lavar dinero, explica Yansura.

“El valor del oro es súper alto, así como fácil de transportar. Además, no se arruina como el efectivo”, explica la directora de FACT. Yansura dice que el oro no es tan rastreable, como sucede por ejemplo con los diamantes. Es muy fácil fundirlo y convertirlo en otros elementos. Los traficantes crean joyería “muy fea, como rápidamente hecha”, para luego mandarla con viajeros que van en avión a lugares como Miami.

“Si alguien les hace preguntas sobre la joyería, argumentan que es un artículo familiar. Evitan las preguntas. Sabemos que una gran parte del oro que sale está asociado con el crimen organizado”, explica Yansura.

Los hallazgos del informe también arrojan luz sobre las deficiencias actuales del Convenio de Minamata. El tratado internacional, firmado en 2013 y del que México forma parte, busca prohibir o restringir la producción, importación y exportación de mercurio. El país se ha fijado un periodo de gracia para su extracción que se extiende hasta 2032. Si bien los informes de México al Convenio parecen indicar una eliminación gradual de la producción bajo control, la investigación de EIA respalda una conclusión diferente. La producción y el contrabando de mercurio desde México siguen siendo considerables, señala el documento.

Vista aérea de la mina de mercurio en Camargo.

La EIA apunta que el mercurio debe tratarse como lo que es: un catalizador altamente tóxico de delitos convergentes, como violaciones de derechos humanos, tráfico de armas, narcotráfico y extracción ilegal de recursos naturales. “Permitir la producción continua de mercurio en México hasta 2032, con sus consiguientes efectos mortales en los ecosistemas naturales y las personas, en la práctica generará consecuencias letales y duraderas para generaciones en México y en toda América Latina”.



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