Paisajes y espejos que reflejan, desde la oscuridad, la posibilidad de habitar numerosos universos sin perder la identidad es lo que propone el artista plástico Ismael Rodríguez en su nueva exposición.
Titulada “Uno, ninguno y cien mil”, la propuesta de Rodríguez invita a darse una nueva mirada para reconocer los muchos paisajes que existen en algo tan habitual como nuestro propio rostro.
“El punto de partida es un libro que se llama ‘Uno, ninguno y cien mil’, de Luigi Pirandello, de 1927. Y el título lo tomé de ese libro porque hay un par de guiños que me gustan mucho.
“La esposa de Genge, el protagonista, lo ve frente al espejo y le dice que tiene la nariz chueca. Él no se había percatado en su vida que tenía la nariz chueca. Después, ella le da más información sobre sus defectos físicos y él se da cuenta de que no se conocía, empieza a preguntarle a otras personas y ahí desata todo un asunto muy interesante”, explica, en entrevista exclusiva para El Heraldo de México, el escultor Ismael Rodríguez.
Una exposición viva
Las propias características del material elegido, la obsidiana, permiten que estos reflejos oscuros, profundos, se desplieguen lo mismo como flores que no se marchitarán que como paisajes eternos.
“Son siete paisajes, aunque no son paisajes tradicionales: son siete lugares por los que vas a deambular. Vas a encontrarte, de pronto, en los reflejos de la obsidiana y en micromundos donde te vas a encontrar y vas a ver que estás formando parte de otras realidades.
“Vas a encontrar péndulos activados por las personas. Esculturas trascendentales, giratorias, que también serán activadas por las personas que deseen hacerlo. Otras son más contemplativas, como un jardín de flores que son una metáfora porque están labradas en obsidiana”, aclara.
La exposición “Uno, ninguno y cien mil” está disponible en la Galería Ana Tejeda, ubicada en Colima 75, Roma Norte, en un horario de 11:00 a 19:00 horas de martes a sábado, hasta el 16 de noviembre. La entrada es libre, previa cita.
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