Vietnam es un país que, a pesar de su belleza natural y rica cultura, enfrenta un grave problema de maltrato animal, particularmente con gatos y perros que son sacrificados para el consumo humano. Recientemente, Claudia Edwards, veterinaria y etóloga de Humane Society International (HSI), acudió a una campaña de rescate para salvaguardar a varios gatos en una granja de “producción” y El Heraldo de México la entrevistó para conocer su experiencia.
Cada año, se estima que un millón de gatos y cinco millones de perros son sacrificados en Vietnam. Estos animales, muchos de ellos mascotas robadas, son capturados y llevados a granjas de engorda donde sufren condiciones inhumanas antes de ser sacrificados. La doctora Edwards explicó: «Los animales son atrapados con trampas o veneno, llevados a lugares donde los engordan y luego los matan de manera terrible. Es desgarrador ver el sufrimiento que atraviesan».
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¿Cómo rescataron a los felinos?
En un esfuerzo por combatir esta situación, HSI lanzó el programa «Modelos para el Cambio», que busca cerrar granjas de carne de perro y gato y proporcionar alternativas sostenibles a sus propietarios. La doctora Edwards relató su experiencia en una de estas intervenciones: «Trabajamos con una persona que quería dejar esta actividad y la ayudamos a transformar su negocio. Ahora produce guayaba y otras frutas en lugar de sacrificar animales».
Durante su última misión, el equipo de HSI, con la ayuda de la doctora Edwards, rescató a 20 gatos que se encontraban en condiciones deplorables. «Muchos de los gatos estaban desnutridos, con enfermedades de la piel y otras infecciones. Los rescatamos, les proporcionamos tratamiento veterinario y un ambiente seguro. Es increíble ver cómo cambian estos animales cuando reciben el cuidado adecuado», comentó.
Un paso para el cambio y un mejor cuidado de los animales
Además del rescate directo de animales, HSI trabaja en la educación y sensibilización de la comunidad local. Edwards ha impartido talleres en universidades y colaborado con autoridades locales para fomentar un mejor entendimiento del bienestar animal. «Enseñamos sobre la conducta de los animales y cómo tratarlos con respeto. Es gratificante ver el entusiasmo de los estudiantes y autoridades por aprender y mejorar las condiciones de los animales en su país», dijo.
A pesar de estos esfuerzos, la prohibición del comercio de carne de gato en Vietnam aún parece lejana. «Falta mucha difusión y trabajo con la población mayor. Los jóvenes están más abiertos al cambio, pero necesitamos llegar a más personas y crear conciencia sobre los riesgos sanitarios y el sufrimiento animal», señaló la doctora Edwards. La rabia es una de las principales preocupaciones, ya que el 99% de los casos de rabia en humanos en Vietnam son causados por el comercio de carne de perro y gato.
Para Edwards, esta experiencia ha sido enriquecedora y ha traído aprendizajes valiosos que pueden aplicarse en México. «En ocasiones nos quejamos de la falta de avances en nuestro país, pero comparado con Vietnam, hemos logrado mucho. Sin embargo, no debemos conformarnos. Debemos seguir trabajando para mejorar las condiciones de los animales y fomentar una cultura de respeto hacia ellos», reflexionó.