
La estación Qinling, base científica China en la Antártida, se ha convertido en la primera del mundo en operar con una pila de combustible de hidrógeno como fuente principal de electricidad, según informó la agencia Xinhua, socio de TV BRICS.
Este avance tecnológico, desarrollado por la Corporación Estatal de Inversión en Energía de China, no solo refuerza el liderazgo del país en energías renovables, sino que establece un precedente global en la transición hacia sistemas libres de emisiones.
El sistema, capaz de generar hasta 30 kW de potencia, alimenta la estación de forma continua durante 24 días, incluso bajo las extremas condiciones antárticas. Su diseño modular permite conectar múltiples pilas, escalando la capacidad desde 50 kW hasta decenas de megavatios, lo que lo hace viable tanto para pequeñas instalaciones como para grandes infraestructuras.
Con una eficiencia del 50% en generación y más del 90% en aprovechamiento total de energía, la tecnología reduce el consumo de carbón en 400 gramos por kWh y evita la emisión de 1 kg de CO₂ por unidad producida, un logro clave en la lucha contra el cambio climático.

China es pionera en el uso de tecnología de energía de hidrógeno
Además, la estación integra un sistema de almacenamiento de hidrógeno producido mediante energía eólica y solar, asegurando suministro estable sin depender de combustibles fósiles. “Este modelo combina generación renovable y almacenamiento eficiente, ideal para entornos remotos y hostiles como la Antártida”; explicó un portavoz del proyecto.
La autonomía energética es crucial en el continente blanco, donde las temperaturas caen a -80°C y las tormentas impiden el transporte regular de recursos.
La iniciativa no solo responde a necesidades prácticas, sino que refleja la estrategia china de dominio tecnológico en energías verdes.

La estación Qinling, inaugurada en 2023, ya es un símbolo de innovación: sus laboratorios estudian el cambio climático con equipos alimentados 100% por hidrógeno.
Este proyecto sienta las bases para replicar el modelo en otras regiones aisladas, desde el Ártico hasta desiertos, acelerando la descarbonización global. Con el hidrógeno como pieza central, China no solo conquista la Antártida, sino que redefine el futuro de la energía sostenible.
telesur