Demokraatit, un partido liberal que aboga por la independencia del reino de Dinamarca, aunque gradualmente, ha ganado las elecciones de este martes en Groenlandia con el 30% de los votos. La lista encabezada por Jens-Frederik Nielsen, un jugador de bádminton de 33 años, ha dado la sorpresa en estos comicios al cosechar más del triple de los apoyos obtenidos hace cuatro años. La segunda fuerza más votada (25%) ha sido Naleraq, una formación populista y radicalmente independentista que defiende iniciar cuanto antes el proceso de autodeterminación. Los dos partidos en la actual coalición de gobierno, el izquierdista Inuit Ataqatigiit y el socialdemócrata Siumut, se han desplomado al perder la mitad de sus escaños.
Las elecciones parlamentarias de este martes en la isla más grande del planeta, que han generado una atención mediática internacional sin precedentes, han estado profundamente marcadas por las amenazas de Donald Trump, que ha exhibido en los últimos meses su intención de anexionar a Estados Unidos este territorio autónomo del reino de Dinamarca, de enorme valor geoestratégico, inmensos recursos naturales y tan solo 57.000 habitantes. El presidente estadounidense ha reiterado que “la propiedad y el control” de Groenlandia es “una necesidad absoluta” y no ha descartado el uso de la fuerza militar.
Cinco de los seis partidos que concurrían a los comicios son partidarios de la secesión del reino danés. Las principales diferencias radican en cuándo y cómo iniciar la ruptura. El Estatuto de Autonomía, aprobado en un referéndum en 2009, contempla el derecho a la autodeterminación. Si una mayoría del Inatsisartut (Parlamento groenlandés) votara a favor de activar el proceso de independencia, primero habría que llegar a un acuerdo con Copenhague sobre cómo llevar a cabo la separación; después, los groenlandeses tendrían que aprobarlo en un referéndum; y, finalmente, sería necesaria la aprobación en el Parlamento danés.
Groenlandia fue una colonia danesa desde principios del siglo XVIII hasta 1953, cuando se integró en el reino de Dinamarca. La isla se transformó en un territorio autónomo del país nórdico tras la celebración de un referéndum en 1979, y sus competencias fueron notablemente ampliadas en 2009, aunque la defensa, la política exterior o la monetaria aún dependen totalmente del país escandinavo.
Demokraatit (Los Demócratas) defiende que Groenlandia llegue a convertirse en un Estado independiente y en un nuevo miembro de la ONU, pero no fija una fecha y considera que aún hay que dar muchos pasos antes de poner en marcha el proceso de autodeterminación. La isla —unas 50 veces más grande que la Dinamarca continental y con más del 80% de la superficie cubierta por una capa de hielo— depende económicamente de Copenhague, que envía una subvención anual equivalente a más de 500 millones de euros que representa en torno a la mitad del presupuesto público groenlandés. El partido vencedor de los comicios sostiene que para que la economía de una Groenlandia independiente sea viable antes debe desarrollarse la minería —solo hay dos minas activas—, la extracción de hidrocarburos, o el turismo.
Naleraq, una formación que aboga por romper tan pronto como sea posible todos los vínculos con Dinamarca, y que durante la campaña electoral ha sido la menos crítica con las intenciones de Trump, además de poner sobre la mesa la firma de un tratado de libre asociación con Estados Unidos a cambio de apoyo económico y seguridad, ha sumado el 24,5% de los votos, el doble que hace cuatro años. El partido encabezado por Pele Broberg, un empresario y piloto de aviación, ha liderado holgadamente el escrutinio durante gran parte de la noche. Ha arrasado en muchos de los asentamientos más pequeños y remotos, pero ha obtenido resultados mucho más modestos en Nuuk, la capital, y en el resto de las principales poblaciones. Qulleq, la única formación que junto a Naleraq apuesta por poner ya en marcha la secesión de Dinamarca, ha sumado poco más del 1% de los votos y no tendrá representación en la Cámara.

Inuit Ataqatigiit, el partido ecologista y de izquierdas del primer ministro groenlandés, Múte Egede, que este martes cumplió 38 años, ha quedado en tercer puesto con poco más del 20% de los sufragios, frente al 36% que sumó en 2021. Su socio en el Gobierno, el socialdemócrata Siumut, ha obtenido un resultado aún peor, al lograr únicamente el 15% de los apoyos, la mitad que hace cuatro años. Las de este martes han sido las primeras elecciones parlamentarias que no han ganado ni Siumut ni Inuit Ataqatigiit, las únicas dos formaciones que han encabezado gobiernos en la gigantesca isla ártica.
Atassut, el único partido groenlandés partidario de mantener el statu quo, ha quedado en quinto lugar con el 7% de los votos, un resultado muy similar al de 2021.
Al concluir el escrutinio, a las 3.30 (6.30 en la España peninsular), Nielsen, el líder de Demokraatit, ha declarado a la televisión groenlandesa que mantendrá conversaciones con todos los partidos para formar Gobierno. Al ser preguntado específicamente por Naleraq, ha manifestado que no puede dejar de lado a una lista que ha obtenido uno de cada cuatro votos. El vencedor de las elecciones ha subrayado que es fundamental que se adopte una “estrategia calmada” respecto a Estados Unidos y que es necesario “comenzar a construir una base” antes de poder hablar sobre la creación de un Estado independiente.
Demokraatit tendrá 10 de los 31 escaños del Inatsisartut. Si sumara el apoyo de los ocho diputados de Naleraq, o los siete de Inuit Ataqatigiit, alcanzarían la mayoría necesaria para gobernar. Poco después de conocerse los resultados definitivos, el primer ministro Egede ha tendido su mano a Nielsen a través de una publicación en Facebook.