La pareja de actores tuvo una crisis en su matrimonio hace varios años, pero este rincón balear obró el milagro y a día de hoy siguen felizmente casados
A pesar de que Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones forman uno de los matrimonios más estables de Hollywood, su relación ha pasado por diferentes altibajos y el mayor de ellos fue cuando en 2013 la actriz de Gales tuvo que ingresar por segunda vez en un centro de salud mental debido a su trastorno bipolar. Más adelante en ese mismo año los medios anunciaron la separación de los actores, pero en 2014 las cámaras de los paparazzi los captaron juntos, con sus hijos y llevando sus alianzas en su lugar favorito del mundo, su mansión mallorquina a medio camino entre las idílicas localidades de Deià y Valldemossa.
Sin embargo, antes de profundizar en las bondades de la isla balear, hago un inciso para señalar que los problemas de salud de Zeta-Jones no fueron lo único que motivó la ruptura, sino que también tuvo bastante que ver el contenido de unas declaraciones que Douglas hizo en 2013 en el Festival de Cannes, cuando confirmó que el cáncer de garganta que había padecido en 2010 no se debió al consumo de tabaco, sino a la práctica de sexo oral sin precauciones. Básicamente lo que le sucedió al actor fue que contrajo el virus del papiloma humano.
Dicho esto, me centro en cosas más armoniosas como esta zona de Mallorca que vio como una relación que todos dábamos por terminada resucitó de entre los muertos de Cupido.
Deià, un rincón de Mallorca al que siempre merece la pena volver
Hace un par de veranos volví a Mallorca con mis amigas después de 12 años. En efecto, la primera vez que fuimos éramos unas adolescentes que estaban de viaje de fin de curso en cuarto de la ESO.
Por supuesto, esta segunda experiencia poco tuvo que ver con la primera, ya que adaptamos cada una a las necesidades del momento. En el verano de 2022 llevábamos el viaje perfectamente planeado y puedo asegurar, sin miedo a equivocarme, que ha sido la mejor escapada que hemos hecho hasta la fecha y una de las paradas que hicimos en aquellos días de julio fue Deià.
Para llegar toca adentrarse en la Sierra de Tramuntana desembocando en una localización donde, una vez más, sus calles, que acogen a unos 700 habitantes, están plagadas de las casas de piedra típicas de la arquitectura de la isla dibujando un paisaje capaz de conquistar a todos y que sin duda le ha robado el corazón a multitud de artistas además de a los protagonistas del artículo de hoy: desde el compositor Manuel de Falla hasta pintores como Leman, Junyer o Russinyol, los escritores Robert Grabas, Laura Riding y Julio Cortázar, como explican en National Geographic, o también arqueólogos como William Waldren.
Y por supuesto, además de admirar lo que tiene que ofrecer la villa, sí o sí te recomiendo que vayas a Cala Deià, una de las playas más especiales y bonitas que pisamos en la isla. Es de piedra y se llega a ella a través de un camino que esconde casitas de pescadores, sus barcas y un par o tres de puestecitos para comprar algún que otro capricho. E, increíble pero cierto, muy poco masificada. ¿Una recomendación? Lleva escarpines y ten mucho cuidado con las resbaladizas rocas que hay al entrar al agua.
La mansión de los Zeta-Douglas en Deià
Michael Douglas compró esta maravillosa vivienda junto a su anterior esposa, Diandra Luker, hace 35 años. Se trata de un casa construida por el archiduque Luis Salvador de Habsburgo en 1867 y el interprete la adquirió por tres millones y medio de euros.
No obstante, a pesar de que la familia adora la isla, estuvieron a punto de venderla, ya que Douglas no lograba llegar a un acuerdo con Luker tras su separación. Pidieron entonces 50 milloncitos, pero se ve que le protagonista de Wall Street debió pensar que la felicidad de su familia valía mucho más y le compró su parte a su ex.
La casa cuenta con 1000 metros construidos, 77 hectáreas de terreno, acceso privado a la playa y vistas tanto a la Sierra de Tramuntana como al Mediterráneo.