domingo, junio 8, 2025

España trata de volver a la normalidad tras el mayor apagón de su historia | Economía

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España trata este martes de volver a una normalidad que difícilmente será completa. Este lunes el país se enfrentó al mayor apagón de su historia. 32 minutos después del mediodía, se produjo “una oscilación muy fuerte de los flujos de potencia”, según la primera explicación que facilitó Red Eléctrica, que provocó un colapso en toda la red peninsular, afectando también a Portugal. Los servicios ferroviarios quedaron interrumpidos, los semáforos apagados provocaron un caos circulatorio en muchas ciudades y numerosos comercios se resignaron a bajar la persiana. Las comunidades autónomas elevaron sus niveles de alerta y el Gobierno declaró la “emergencia nacional” en ocho que lo solicitaron ―Madrid, Andalucía, Extremadura, Murcia, La Rioja, Castilla-La Mancha, Galicia y la Comunidad Valenciana―. La luz empezó a volver gradualmente desde primera hora de la tarde, y a las cuatro de la madrugada, Red Eléctrica ha informado de que se ha recuperado el 87,37% del suministro. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció anoche que los territorios que pidieron la declaración del nivel tres de emergencia, en el que el Estado asume el mando, los colegios estarán abiertos este martes pero sin actividad lectiva.

A las 12.32 del lunes se detectó “una oscilación muy fuerte en los flujos de potencia” de las redes eléctricas debida a una pérdida de generación, es decir, a una caída en la producción de electricidad. La pérdida de potencia estuvo motivada por la desaparición durante cinco segundos de los 15 GW de generación (las cinco centrales nucleares que hay en España tienen una potencia instalada de 7,4 GW), por lo que el colapso desencadenó la desconexión del sistema eléctrico español del europeo, que se basa en una interconexión con Francia.

Varias personas intentan comprar alimentos durante el apagón, este lunes en un supermercado de Pamplona.

Ahora, el reto es recuperar todos los servicios que ayer quedaron en suspenso. Comenzando por los transportes. La previsión es que, restablecida la luz, los servicios ferroviarios de larga y media distancia puedan cubrir todos los trayectos programados. También los trenes de cercanías que no han funcionado durante la noche, y los metros. Renfe ha anunciado que en Madrid, Cercanías funcionará al 50% y en Cataluña, Rodalies lo hará al 60%, con algunas afecciones de líneas. Las principales estaciones de más de una quincena de ciudades, incluyendo los núcleos más poblados del país, han estado abiertas toda la noche para aquellos ciudadanos que no tenían manera de volver a su casa. Este lunes solo existía la posibilidad de ir en autobús, a pie o en transporte privado, aunque la Dirección General de Tráfico desaconsejó todo desplazamiento no esencial. En los aeropuertos, la capacidad operativa se redujo un 20% y hubo retrasos debido a las dificultades de algunas tripulaciones para llegar hasta los aviones.

Ante las evidentes dificultades de movilidad que provocó el apagón, y allí donde puedan persistir este martes, el Ministerio de Trabajo mandó un mensaje de tranquilidad. El departamento que dirige Yolanda Díaz recordó que cuando existen motivos de causa mayor que impiden llegar al trabajo, la ley prevé un permiso retribuido. No obstante, se espera que este martes puedan funcionar también con normalidad numerosos centros de trabajo que un día antes se vieron obligados a mandar a sus empleados a casa. Las fábricas de coches de Seat y Ford se encuentran entre las que pararon sus cadenas de producción. Y lo mismo hicieron otros complejos industriales como el petroquímico de Tarragona o las plantas de ArcelorMittal.

A pie de calle, el parón de actividad fue más visible en el pequeño comercio. Muchos de los establecimientos optaron por cerrar sus puertas, mientras que en muchos que se mantuvieron abiertos se exigía el pago en efectivo, por regla general. Solo los datáfonos de algunas entidades bancarias permitían seguir usando las tarjetas, aunque los servicios financieros funcionaron en general y la Bolsa vivió una jornada plácida para el Ibex 35.

Pasajeros en la estación de Atocha, este lunes.

Una vez superada la fase más crítica del apagón llega el momento de indagar en las causas. El Gobierno aseguró que todas estaban sobre la mesa. Y Red Eléctrica describió el fenómeno que provocó la caída de la red, una oscilación de potencia en la que desaparecieron súbitamente 15 gigavatios de generación durante unos segundos, sin aclarar si tras esta había causas naturales o si podría deberse a la acción humana, intencionada o no. También se abre el momento de hacer balance de los daños económicos. Estos serán desiguales por zonas, teniendo en cuenta que en algunas partes el restablecimiento de la luz llevó poco más de una hora y en otras se demoró durante todo el día. A las 20.30 de la tarde, aproximadamente, ya había suministro eléctrico en poblaciones de todas las comunidades autónomas. Pero el retorno de la luz fue desigual y cuando algunas como el País Vasco ya tenían la demanda restituida casi al 100%, en otras apenas se alcanzaba un 15%. Eso aboca, como dijo Sánchez, a una recuperación a distintas velocidades, por ello pidió estar atentos a las recomendaciones de los Ejecutivos autónomos, además del central. En caso necesario, la Unidad Militar de Emergencias (UME) tiene listos grupos electrógenos para desplegarlos en zonas donde la red eléctrica no se reactive.

El restablecimiento de la normalidad también llevará aparejado el de la actividad política. En qué medida está por ver. Este martes debe arrancar el congreso del Partido Popular Europeo en Valencia. Y también hay algunas comisiones programadas en el Congreso de los Diputados, que cerró las puertas tras el apagón. Para los hospitales, el sobresalto será menor después de que durante el lunes mantuvieran sin problema los servicios básicos debido a los grupos electrógenos que garantizan su funcionamiento. Algunas comunidades han anunciado que seguirán de momento solo con la atención básica. Y el martes con toda probabilidad será mucho más tranquilo para las fuerzas de seguridad y los servicios de emergencias, tras una jornada en la que tuvieron que atender miles de llamadas y rescatar a numerosas personas que habían quedado atrapadas en ascensores.



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