“Durante mi último viaje a Moscú, en el tren conocí a un hombre con un rostro severo e inusualmente inteligente. Al principio guardó silencio, pero el camino es largo y el alma del compañero de viaje, como dicen, hierve. Resultó que frente a mí estaba un coronel retirado de la KGB de la URSS, que había trabajado durante muchos años en uno de los departamentos secretos”.
Así empieza Oleg Kulishkin, un artículo publicado en 2002, en el número 124, del periódico ruso “Arkaim”. En él narra el hallazgo de una momia de 800 millones de años, en la localidad de Rzhavchik, en el distrito de Tisulsky, región de Kemerovo.
El sarcófago con el cuerpo de la mujer habría sido descubierto por mineros en 1969. El patrón de la mina Alexander Alexandrovich Masalygin ordenó a sus hombres que subieran el ataúd y, al abrirlo, descubrieron que su interior estaba lleno de un líquido de color azul rosado, en el que se hallaba sumergido el cuerpo de una mujer alta (unos 180 cm), esbelta y hermosa, que aparentaba tener unos treinta años. Sus facciones eran europeas y tenía unos grandes ojos azules. De no ser porque sus ojos estaban abiertos, parecía que la mujer no estaba muerta, sino dormida.
Debajo de la cabeza había una caja rectangular de metal negro, redondeada en un extremo, de unos 25 por 10 cm. Todo el pueblo vino a ver el sarcófago que estuvo abierto entre las 10 de la mañana y las 3 de la tarde.
Hubo quien llegó, incluso, a probar el líquido en el que estaba sumergido el cuerpo y, posteriormente, falleció. El caso fue inmediatamente clasificado y el cuerpo fue trasladado en helicóptero con rumbo desconocido.
Cinco días después, un anciano profesor de Novosibirsk dictó una conferencia en un club de Rzhavchik para compartir los resultados preliminares del estudio y les dijo que el hallazgo cambiaría la comprensión misma de la historia.
Y es que el enterramiento estaba situado en un estrato del período Carbonífero de la era Paleozoica, por lo tanto, tenía al menos ¡800 millones de años! Obviamente la datación echaba por tierra la teoría de la Evolución.
El cuerpo de Xin Zhui, marquesa de Dai, está considerada la momia mejor conservada del mundo y, también estuvo más de 2.000 años, sumergida en 80 litros de un líquido desconocido.
Los chinos fueron los únicos que rivalizaron con los egipcios en las técnicas de momificación, aunque es cierto que miles de años más tarde.
La marquesa conserva el pelo en su cabeza, sus cejas y pestañas. Su piel es suave y tiene sangre en sus venas del tipo A. También los músculos de las articulaciones son aún elásticos y puede doblar los brazos y las rodillas.
En 2007, el corresponsal del diario “Sibdepo” Roman Yanchenko decidió verificar la veracidad de esta leyenda. El único testigo que localizó de aquellos hechos dijo que el hallazgo de la princesa de Tisul, como fue bautizado, nunca ocurrió.
Hace casi tres años entrevisté a mi buena amiga Mercedes Pullman que cree que se silenció a los vecinos. De hecho seis “descubridores” del ataúd murieron uno tras otro en accidentes automovilísticos durante el año, los testigos sobrevivientes guardaron silencio para siempre.
Sin embargo la historia es mucho más compleja y remitimos a los interesados a visitar el blog de José Antonio Galán que fue, precisamente, quien me descubrió esta fascinante historia que se debate entre la leyenda urbana y la conspiración.