Los cambios en los hábitos de consumo y las nuevas herramientas que cada vez hacen más fácil la transacción de bienes y servicios en el mundo, si bien ha tenido un efecto positivo en la sociedad y el crecimiento de las economías, debido al mal uso en algunos casos y al abuso de los medios de pago como el ‘lleve ahora y pague después’, están conllevando a la gente hacia un problema cada vez más grande: la ansiedad financiera.
Esta es una de las conclusiones de una reciente investigación adelantada por la firma consultar Sinnetic, experta en analítica de datos, basándose en los más recientes avances en economía del comportamiento y finanzas conductuales; con el fin de ahondar en las conductas y salud financiera en la actualidad.
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De acuerdo con el estudio, conocido por Portafolio, en Colombia se detectaron cuatro grandes tendencias, buenas y malas, en las que, por un lado, la ansiedad financiera entre las personas viene en aumento y las redes sociales se están convirtiendo en enemiga de los buenos hábitos de consumo, ya que incentivan el consumo desmedido.
“En Colombia se han analizado cerca de 1.800 participantes de las seis principales ciudades comparando sus conductas diarias de compra, consumo, inversión y ahorro junto con sus opiniones y sus reportes ante centrales de riesgo. Los primeros avances son sorprendentes para medir, describir, explicar, predecir e inclusive intervenir sobre la salud financiera de las personas”, dice el reporte.

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Educación financiera
Partiendo de la premisa de que el conocimiento financiero práctico es un rasgo característico de la salud financiera óptima, desde Sinnetic comenzaron advirtiendo que en Colombia no se está fomentando la cultura de aprender sobre el correcto manejo de la economía, ya sea en los colegios o al interior de los hogares.
Dicho de otra forma, solo el 23% de los consultados va con sus hijos a hacer mercado y el 58% prefiere no hablar de finanzas con sus hijos porque no tiene las palabras para hacerlo. Así mismo, apenas el 11% de los padres consultados le han puesto algún tipo de negocio a sus hijos o esperan hacerlo a futuro.
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“Una persona que habla desde refranes populares, consejos de abuelos, dichos sobre sus finanzas, tiende a tener un 33% más de salud financiera en comparación con aquellas personas que hablan desde conceptos financieros teóricos”, explicaron al respecto.
En este sentido, también contaron que el conocimiento financiero teórico que se centra en tasas de interés, inversiones, acciones, criptomonedas o comparar bancos en función de tasas de interés; no parece tener mayor efecto en la salud financiera, ya quienes aprenden esta forma de hablar de sus finanzas, por lo general lo hacen después de estar en problemas de este tipo.

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Vergüenza financiera
El informe de Sinnetic también puso en evidencia que las personas no están familiarizadas con hablar respecto al estado de su economía, ni siquiera cuando están en apuros, dado que ha tomado fuerza aquella regla social que reza que “de plata no se habla”, descosiendo que las personas con salud financiera óptima aprenden a gestionar la emoción de la vergüenza y pueden reconocer que no pasan por un buen momento.
“El 67% de los consultados sienten vergüenza al reconocer su “escasez” de efectivo ante pareja o amigos. En un monitoreo de transacciones el 45% de los gastos hechos en restaurantes se hacen a 1 cuota sin embargo el tarjetahabiente pasa este gasto a 3 y 6 cuotas en los 15 días siguientes al gasto”, contaron.
En este sentido, advierten que las personas, ante amigos y pareja pasan la tarjeta a 1 cuota y cuando llegan a casa, cambian el plazo difiriendo hasta 6 meses el gasto; en lugar de promover espacios accesibles incluyendo preparar comida para amigos en casa, aprovechar la agenda cultural gratuita de la ciudad y actividades similares.
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Ansiedad y redes
En lo que concierne directamente con la ansiedad financiera, estos investigadores revelaron que el 68% de los colombianos la experimenta, lo que impacta su bienestar y sus decisiones de consumo. Así mismo, resaltaron que de estos, el 27% reportó síntomas físicos como insomnio, problemas gástricos y dificultades de concentración.
“Las personas que en el estudio mostraron altos índices de salud financiera tienen en común, una agenda de actividades que biológicamente contribuyen a tener menor carga de ansiedad. Dentro de estas actividades se encuentra: hacer ejercicio, comer sano, meditar, tomar agua con frecuencia, comer vegetales con frecuencia, hacer yoga, una actividad espiritual independiente de la religión o culto que la persona profese”, reseñaron.

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En contraste, sugieren que la alta ansiedad financiera hace a las personas sensibles a la promoción, a la publicidad y al gasto excesivo. y que el 61% de las personas que reportaron responder a las promociones a la hora de comprar, también tuvieron altos niveles de ansiedad financiera, lo que para ellos indica que la ansiedad es un factor de riesgo para comportamientos de compra impulsiva.
Precisamente esto los lleva a lo que han calificado como un hallazgo preocupante, relacionado con la conexión que hay entre el uso excesivo de redes sociales y el deterioro de la salud financiera, destacando que la constante exposición a publicidad en plataformas como Instagram, TikTok y YouTube incentiva el consumo impulsivo y reduce el autocontrol financiero.
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“Tradicionalmente es común que los expertos recomienden estrategias de ahorro, aprovechamiento de promociones, inversión y otras opciones para atravesar ciclos de economía y finanzas personales retadores. Sin embargo, para lograrlo es necesario adoptar nuevas conductas y apostarle a pequeños cambios que ayuden a generar una transformación real y eficiente de las finanzas”, acotaron.
Dicho esto, los analistas cerraron explicando que las personas con una buena salud financiera pasan menos tiempo en redes sociales y que una menor exposición a contenido comercial significa menor activación del deseo de compra y, por ende, menos decisiones impulsivas.
“Además, al evitar ciclos prolongados de dopamina generados por los algoritmos de estas plataformas, las personas pueden desarrollar mayor disciplina y control sobre sus hábitos de consumo. En un contexto de incertidumbre económica, reducir la exposición a la publicidad digital y fomentar prácticas que fortalezcan la estabilidad emocional y financiera puede ser clave para mejorar el bienestar financiero de la gente”, concluyeron.