martes, marzo 11, 2025

Boligrafismo: Maricel Lasetz es pionera en ilustrar celebridades con bolígrafos comunes

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La expresión artística es la forma de exteriorizar emociones, pensamientos, ideas y sentimientos mediante el arte. La exteriorización posee tantos caminos como disciplinas. Hay disciplinas desarrolladas, inexploradas y desconocidas. De esto puede dar fe la diseñadora gráfica Maricel Lasetz, quien luego de 14 años ideando piezas visuales para empresas, editoriales y particulares, decidió poner en stand by la profesión y, luego de efectuar una minuciosa investigación, se inclinó por la ilustración con bolígrafos comunes de colores, una técnica poco conocida en el país.

Con este simple instrumento plástico, provisto de un tubo de tinta común en su interior, que se adquiere en librerías o kioscos y se utiliza para escribir apuntes, ideas, pensamientos o simplemente para firmar documentos, Maricel crea magistrales obras de arte sobre distintos soportes de papel.

En efecto, con solo mirar fotografías o videos, Maricel gesta retratos de deportistas de élite (Lionel Messi, Diego Maradona, “Manu” Ginóbili, Edinson Cavani, Marcelo Gallardo y Roger Federer); estrellas musicales (Taylor Swift, Charly García, Gustavo Cerati, Lali Espósito, Freddie Mercury, “Indio” Solari, Patricia Sosa, Amy Winehouse, Ricardo Montaner y Javier Calamaro) y celebridades cinematográficas y del universo cómics (Brandon Routh, de “Superman returns”; Robert Pattinson, en “Batman”; Joaquín Phoenix, en “El Jocker”; Robert Downey Junior, como “Iroman”; Cris Evans, como “Capitán América!; Stan Lee, el creador de “Marvel”; Johnny Depp, en el personaje El sombrero, en “Alicia en El país de las maravillas”; pasando por animé retro y contemporáneo (Meteoro, Dragón Ball, Mazinger, Nezuko, Demon Slayer, Gojo Satori), hasta videojuegos y animales.

Para ello, la pionera de la técnica en el país se vale de una docena de colores de bolígrafos que, al superponer los trazos, combinar los colores logra matices cambiando la presión del bolígrafo, donde la luz es el papel y las sombras aportan una gran dimensionalidad y realismo. Al punto que, cuando la gente se topa con sus originales, coincide: no puede creer que estén hechas con bolígrafo.

Maricel empezó a ilustrar con bolígrafos comunes de colores en 2017. Sucedió de casualidad, por una simple sugerencia de su madre, Beatriz, una ex administrativa del municipio de Avellaneda, sin antecedentes artísticos. “Un día, mientras estaba en plena búsqueda de alguna técnica artística que la diferencie, Betty me dijo ¿por qué no probás con el bolígrafo? Llegué a casa y me puse a ver qué colores de bolígrafos tenía en la caja. Encontré azul y negro. ¿A ver cómo es esto?, dije y me largué a hacer un ojo realista. Apenas lo terminé, le saqué una foto y lo subí a Facebook y a Instagram”, afirma Lasetz destacando que la respuesta de sus seguidores fue de aprobación inmediata.

Solo faltaba escuchar la opinión de su ocasional impulsora. Por eso, tomó la obra y se la llevó a Beatriz. “La primera en ver el original fue mamá. Asombrándose, me dijo: ‘¡Viste lo que lograste!’. Eso me alentó a seguir”, rememora.

Entusiasmada con los resultados, la ilustradora empezó a investigar en la web y tras visitar varios sitios, arribó a una conclusión de que “la mayoría de los ilustradores trabajaban en monocromático y duotono. No usaban los 12 colores en ese momento”. 

Ante esta provechosa realidad, Maricel se dirigió hasta la librería de su barrio y compró bolígrafos comunes de distintos colores y marcas, que luego de centenares pruebas, se transformaron en el disparador de su destino. 

Por entonces, la “boligrafista” tenía un espacio para artistas que le otorgaba el Museo de la Ciudad, en la esquina de Defensa y Alsina, epicentro del barrio porteño de San Telmo. Allí, ilustraba retratos de personajes globales, ante la mirada atónita de miles de turistas internacionales y locales.

Hasta que un día llegó a los oídos de Maricel la realización de una importante exposición de cómics. Entusiasmada, concurrió los tres días; participó de los seminarios; se sacó fotos con celebridades y hasta obsequió un libro de cuentos (publicado por ella, en forma independiente), a Trina Robbins, primera mujer en dibujar cómics sobre la Mujer Maravilla. “La expo me partió la cabeza”, remarca.

Merced a su rigor profesional, sus obras lograron trascender en el ambiente de la cultura pop en los eventos más importantes del país y en distintos países de América. Al punto que no solo consiguió patrocinios de una de las marcas más importantes del mundo, sino que recibió invitaciones para ilustrar el packaging y que éste lleve su nombre y su técnica, además de dictar seminarios y exponer en ciudades del interior y del exterior del país.

Simultáneamente, el Congreso de la Nación la convocó para efectuar una muestra de retratos de figuras populares, inmortalizadas con bolígrafos comunes de colores. 

Si bien la técnica la descubrió hace menos de una década, Maricel tomó contacto con el arte a los 4 años, cuando empezó a dibujar personajes de Disney. A los 7, como consecuencia “de una angina mal curada”, contrajo fiebre reumática, enfermedad que se extendió hasta los 18 años.

A raíz de que el pediatra dictaminó que no podía hacer deportes ni jugar con sus amiguitos en la esquina, la pequeña se refugió en el arte. “Mientras mis amiguitos y compañeros de colegio andaban en patines, yo pintaba en un atril que me había regalado mi abuelo. Estaba en un mundo paralelo que me hacía feliz”, rememora Maricel Lasetz sin imaginar que varias décadas después la ilustración con bolígrafos comunes de colores le devolvería la felicidad.





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