martes, junio 24, 2025

Elección judicial: el gran simulacro | Opinión

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Haya querido lo que haya querido Andrés Manuel López Obrador con su experimental reforma judicial, lo que ha heredado a Sheinbaum y a su partido es un gran simulacro.

Gracias a que la bendita oposición prefirió seguir gritándole al televisor desde la comodidad de su sillón, para Morena los resultados electorales son transparentes: una fotografía nítida para aquellos quienes la intermedia pandémica fue un mal trago.

Queriendo o sin quererlo, el líder macuspano —ese que creció en movimiento y conquistó movilizando— le dejó a su sucesora una herramienta para evitar el eventual descalabro: un modo de medir la capacidad de movilización de su aparato. Un ensayo.

La elección del primero de junio ha entregado a la primera mandataria un negativo perfecto de cara a su revocación de mandato y a la primera intermedia —ambas en el 2027— que su partido deberá enfrentar sin López Obrador en la boleta. El primer acto de magia sin su famoso sombrerero.

El experimentó funcionó, dejando a Sheinbaum varias lecciones que aprender y más de una oreja que jalar.

Primera lección: una presidencial no garantiza una intermedia.

A Morena le cuesta movilizar sin el arrastre de una elección presidencial, incluso —o sobre todo—ante una oposición suicida. Un 13% de participación en la elección judicial es una cifra baja: sobre todo considerando que la popularidad de la mandataria supera a la del macuspano y que la revocación de mandato alcanzó 17%.

El pasado domingo, solo en cinco estados, Morena superó los números del revocatorio de 2022: Coahuila —acaso por la operación de Yasmín Esquivel, flamante ganadora en esa entidad— Aguascalientes, el único rincón del país donde Sheinbaum no ganó en 2024, Hidalgo, Nuevo León y San Luis Potosí.

Cinco excepciones iluminan el mapa. Los demás, en silencio, desvían la mirada.

Segunda lección: gobernar desgasta.

Morena fue un cohete lanzado al espacio que —en tiempo récord— se consolidó como la principal fuerza política del país. De cero a guinda en menos de diez años. Empezar a perder no será un accidente, será natural: todo lo que sube, tiene que bajar.

Tercera lección: el piso de Sheinbaum

Con la elección del domingo anterior, la base mínima de movilización para las intermedias de Sheinbaum ha quedado trazada. A partir de esa métrica —13%—, más le vale crecer: con el 52% de la intermedia de 2021 siendo su límite inferior y el 60% de 2024 su soñado techo.

Cuarta lección: la oposición ha muerto.

Y los que quedan, viven para lucrar. Alito es Alito. Jorge es Jorge.

Quinta lección: infieles en el paraíso.

La elección extraordinaria 2025 dejó una radiografía precisa. Le servirá a Sheinbaum para identificar las grietas y estructuras débiles en estados gobernados por los suyos.

Ahí están Alfonso Durazo y Marina del Pilar —por quien la presidenta se inmoló no hace mucho ante la revocación de su visa— cosechando apenas un 8% de participación, incluso con elección judicial local en juego.

Estas semanas, mejor no ser ellos.

Sexta lección: un ojo al garabato.

El ejercicio electoral arrojó otros datos igual de elocuentes: mostró dónde están fallando las estructuras guindas en estados gobernados con bandera ajena. Morena tendrá que reforzar las tuercas, al menos, en Guanajuato y Jalisco.

Séptima lección: en Coahuila habita un buen operador.

Aunque —¿o precisamente porque?— es territorio gobernador por la oposición, Coahuila registró el porcentaje más alto de participación en la elección judicial. Algo —o alguien— está funcionando bien ahí.

Tal vez sea Yasmín Esquivel, quien ganó en esa entidad con votos suficientes para vencer a Hugo Aguilar —el más votado en seis entidades opositoras— y a Loretta Ortiz, que lo logró en una. Batres, en cambio, no venció en ninguna.

El dato no es menor: donde Esquivel ganó, los números subieron.

La elección judicial de 2025 no resolvió el futuro del Poder Judicial, pero dejó expuesto el estado del presente político. No solo fue un experimento mundial, sino un ensayo general de lo que Morena pronto necesitará.

Morena, como estructura, deberá aprender a caminar sin su líder: para eso les ha heredado un ensayo general.

Un gran simulacro.



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