José del Barrio (Madrid, 42 años) siempre tuvo alma de emprendedor, por eso dejó pronto su trabajo en consultoría para montar junto a otros socios La Nevera Roja en 2011. Fue una aventura muy rentable: en 2015 fue comprada por la incubadora alemana Rocket Internet por 80 millones. Ahora se dedica a invertir en otras start-ups a través de su empresa Samaipata.
Pregunta. ¿Siempre quiso ser empresario?
Respuesta. Siempre me ha gustado el riesgo. Empecé en trabajando en Accenture, luego en PwC, y haciendo un proyecto de comida a domicilio vimos la oportunidad que había para montar la Nevera Roja. La idea era que las grandes marcas no iban a ser grandes marcas verticales, sino agregadores. Era el año 2011 y parecía muy futurista.
P. ¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre?
R. La mayoría del tiempo lo paso con mi familia o haciendo deporte. Tengo cinco niñas, la mayor tiene nueve.
P. ¿Qué deporte hace?
R. Me gusta el triatlón, entre otras cosas hago triatlón de larga distancia, media distancia y de todo. Ahora llevo un par de años sin hacer carreras y al triatlón le dedico menos tiempo, pero en el pico eran 15-20 horas a la semana. Ahora serán unas 10 o 12.
P. Ha hecho varios Ironman [una prueba que suma 3,86 km de natación, 180 km de ciclismo y 42,2 km de carrera a pie]. Se ve que le gusta sufrir…
R. Al final fijas un objetivo y abandonar no es una opción. El año que hice mi primer Ironman fue poco antes de la venta de La Nevera Roja. Normalmente la gente a esas carreras va con varios días de antelación para conocer el recorrido. A mí casi me prohíben la entrada porque llegamos con el tiempo justo. Cuando empecé pensé que no iba a salir bien, y salió bien. Todavía se me pone la piel de gallina al recordarlo. A nivel mental hay sinergias entre la actividad deportiva y la profesional.
R. Me levanto a las seis y veinte, lo primero que hago es entrenar, desayuno con mis niñas y mi mujer y me voy a trabajar.
P. Qué tal lleva el estrés?
R. Soy una persona que tiende a estresarse, tengo que cuidarme manteniendo el horario de sueño. No tengo redes sociales de ningún tipo salvo Linkedin, que es una herramienta clave para nuestro trabajo y la usamos a menudo. No tengo ningún tipo de red social instalada en el móvil, creo que no es bueno para la salud mental.
P. ¿Le gusta la cocina?
R. Me gusta comer bien pero no cocino, no me considero un foody.
P. ¿Cómo concilia?
R. Mi mujer lleva una parte más importante del cuidado de las niñas. Tiene un negocio de pintura en acuarela, tiene más flexibilidad horaria. Yo trato de ser buen padre y estar involucrado, pero está claro que es ella la que lleva más el peso, y le estoy muy agradecido.
P. ¿Qué diferencias ve entre la educación que ha recibido y la que da ahora a sus hijas?
R. No tiene nada que ver. Recibí una educación de finales del siglo pasado, más conservadora. Ahora el uso de la tecnología, las pantallas, me parece un tema absolutamente crítico, uno de los grandes retos relacionados con los menores y los adolescentes. Sobre todo por lo que tiene que ver con la salud mental. Está absolutamente probado el impacto dañino que generan las pantallas y el uso de redes sociales en menores de edad, en concreto de las niñas en la franja de los 12-13 a los 16-18 años. Es una de mis grandes preocupaciones, y cómo gestionarlo para que hagan un aterrizaje suave en la vida adulta y en el uso de la tecnología de una manera consciente y responsable.
P. Y eso que su actividad profesional se basa en la tecnología.
R. Sí, y es nuestra responsabilidad invertir en negocios que no tengan un impacto negativo. Es bonito ser inversor con esta mentalidad, dirigir el capital a las actividades que además de generar valor generen impacto positivo.
P. ¿Qué cambiará a partir de ahora con la IA?
R. Todo. Y en relación con su pregunta anterior, me gustaría saber en qué demonios van a trabajar nuestras hijas. Era más fácil para nuestros padres aconsejarnos sobre nuestra carrera profesional. Ahora, en cambio, el ritmo de innovación está acelerando los cambios.
P. ¿Qué estudiaría si naciese ahora?
R. Yo haría una ingeniería, pero no quiere decir que yo le vaya a recomendar a mis hijas lo mismo, porque cada persona es un mundo. Las capacidades de cada uno son muy diferentes. Tienes que conseguir el fino equilibrio de hacer algo que te ilusiona y lo que se te da bien.
P. ¿Qué cualidades valora en los demás?
R. La honestidad, persistencia, capacidad de esfuerzo. Valoro mucho la humildad, pero una humildad mal entendida en el ámbito profesional puede ser muy negativa. La humidad es una característica en la cultura Mediterránea muy valorada en el ámbito personal y tremendamente sobrevalorada en el ámbito profesional. Es muy difícil levantar un negocio, levantar capital, convencer… con una percepción exterior de humildad.
P. ¿Queda mucho con los amigos?
R. Les dedico menos tiempo del que debería, y es una pena. Pero cuando tienes una vida laboral intensa y una familia directa amplia, meter adicionalmente a los amigos acaba por dejarte sin tiempo para todo.
P. ¿Una debilidad?
R. Me cuesta delegar.
P. ¿Una fortaleza?
R. La persistencia.
P. ¿Un sueño cumplido?
R. Hacer un Ironman me hizo especial ilusión.
P. ¿Un sueño por cumplir?
R. Ver a mis hijas felices y tener una buena relación con ellas.
P. ¿Dónde se van de vacaciones?
R. Vamos a Mallorca. Solíamos ir a Galicia, pero escapamos de la lluvia.